querido tú de hace veinte o treinta años,
llegará un día en que dejarás de lado todo lo que ahora amas y rechazarás sentir la más mínima pasión por un mundial de fútbol, seguramente porque odiarás las farsas. te habrás informado y habrás descubierto que, para que la copa del mundo 2022 se dispute en qatar, el país del golfo pérsico habrá construido en doce años un porrón de estadios nuevos, estaciones de metro, aeropuertos, puertos, hoteles e incluso una ciudad entera, lusail. ¿cómo? aplicando la kalafa, un método de esclavismo moderno imperante hasta el 2020 y basado en que los derechos de todos los trabajadores extranjeros de qatar son propiedad de su 'patrocinador', sea una empresa o una persona, que es quien le impone las condiciones laborales. si el trabajador no las cumple, el patrocinador tiene derecho a retenerle el pasaporte y por lo tanto, el currela no puede salir del país, ni cambiar de trabajo, ni tan sólo tener la documentación para encontrar un alquiler. la kafala habrá funcionado como una seda hasta que, dos años antes del mundial y con el fin de maquillar un poco el asunto, la comunidad internacional presionará a fin de que el país catarí la retire de su legislación. cuando eso pase, casi 6.500 trabajadores inmigrantes habrán muerto en la construcción de las infraestructuras para una copa del mundo que tendrá las gradas llenas de ciudadanos cataríes animando a selecciones de países de los cuales no saben nada.

evidentemente afirmarás que no verás ningún partido y que si pillas algún resumen de goles en el telediario o alguna noticia en los medios digitales, la leerás muy enfadado, con el rostro muy tenso y soplando muy fuertemente un silbato, como en las manifestaciones sindicales phohibidas en qatar. dirás a los cuatro vientos y con ademán muy íntegro que "la fifa te ha robado la ilusión y la felicidad", pero la verdad es que a la fifa le importará un rábano lo que hagas o dejes de hacer. su presidente, gianni infantino, no pensará en ti y en tu boicot simbólico cuando cada mañana se afeite la calva con gillette en un lavabo de algún hotel de cinco estrellas que hace tres años no existía y que un buen puñado de inmigrantes explotados habrá construido en las afueras de doha, en medio del desierto, a treinta y un grados a la sombra en pleno mes de noviembre. a infantino tu boicot de pichafloja no le dará ningún miedo, ya que él será el gran superviviente de las corruptelas, trampitas y juegos de intereses que habrán arrasado media fifa en el qatargate, el escándalo destapado después de que, por vía de los sobornos, qatar fuera el año 2010 escogida sede de la copa del mundo 2022.

un día caerás en la trampa de asumir, de manera idealista, hacer boicot al mundial sencillamente diciendo que haces boicot al mundial, como un farsante más, como si la cosa hiciera el hecho

decidirás renunciar al mayor espectáculo futbolístico del planeta porque ya no serás aquel niño que coleccionaba cromos panini con el especial usa 94'. atrás quedarán aquellas libretas donde dibujabas las camisetas de los equipos de francia 98' y debajo, como si fuera una wikipedia sui géneris, escribías el palmarés de cada equipo, el máximo goleador histórico de aquel país o cualquier dato que habías encontrado en el especial sobre el mundial de la revista don balón. ahora no te lo creerás, pero un día añorarás mirar en el canal 33, cada tarde, la fiebre del fútbol, aquella serie de dibujos animados donde un viejo periodista inglés explicaba a dos niños, una a una, todas las copas del mundo que había cubierto. allí supiste quiénes eran garrincha, eusebio, beckembauer o paolo rossi, por eso un día lo echarás de menos, ya que aquello se convertirá en tu educación sentimental y porque el año 2022 tu infantil sueño de ser futbolista se habrá desvanecido ya hace muchos años. concretamente el día que una compañera de trabajo de tu padre en la guttmann te dijo que fueras a hacer las pruebas para entrar al benjamín del barça, que es donde jugaba su hijo, pero a ti no te escogieron. él, en cambio, acabaría siendo el mejor central de la historia del club y se retiraría justamente una semana antes del inicio del mundial 2022. el mundial de la vergüenza. el mundial de la hipocresía. el mundial que todo el mundo dirá que no tendría que existir pero que todo el mundo acabará viendo. también tú, aunque te propongas justamente el contrario.

un día te darás cuenta de que hacerse mayor es asumir las incoherencias de la vida adulta y aceptarlas con el fin de no enloquecer, por eso asistirás permanentemente a gestos estéticos que pretenden conseguir lo que sólo podría alcanzar la acción directa. por ejemplo, escribirás un artículo en minúsculas para protestar contra qatar 2022, emulando a tu poeta preferido, enric casasses, que un día se descolgó diciendo que escribiría en minúsculas mientras no se parara la represión del estado español contra los catalanes. también planearás ir un día al mnac y tirar kilos de salsa de romesco en la maiestas domini del ábside central de taüll, sumándote de esta manera a los manifestantes que pretenden parar el cambio climático vertiendo zumo de tomate en las obras de van gogh. y sobre todo, en esta retahíla de gestos –más que de hechos- de protesta parecidos al del ayuntamiento de pariera diciendo que no instalará pantallas gigantes para ver fútbol en las calles, asumirás hacer boicot al mundial sencillamente diciendo que haces boicot al mundial, pero desde el sofá, como un farsante más, como si la cosa hiciera el hecho.

boicotear qatar tiene sentido si no se olvida de que aquí, en nuestra casa, también es urgentísimo replantearse la calidad de vida y los derechos sociales que afectan a nuestra clase trabajadora

promoverás el boicot porque en esta gran farsa, como puedes imaginar, tampoco falta el hecho de que en qatar los derechos de las mujeres son tan ínfimos como un papel de fumar, que es un país que reprime duramente las relaciones amorosas entre personas del mismo sexo y que evidentemente la prohibición de partidos políticos está al orden del día. alguien que serás tú pero más viejo, un viernes, te escribirá un artículo alertándote que aquellos mundiales de fútbol que de pequeño esperabas locamente durante cuatro años ya hace tiempo que dejaron de ser lo que eran, seguramente porque el fútbol ya no se parecerá nada a aquello que te enamoró de pequeño. entonces entenderás que el deporte rey, como todo, un día también cayó a las grifas de la globalización, una cosa que ahora quizás no sabes qué quiere decir pero que acabará representando, tarde o temprano, la enfermedad terminal más letal del planeta. habrá un día que te dirán que el mundo está enfermo, que hay que ser responsable con el uso del agua y la energía, que cojas poco el coche y que pongas la lavadora a una hora concreta para no gastar tanto, pero mientras te lo digan, en qatar jugarán un mundial en pleno mes de noviembre y en estadios donde por primera vez en la historia habrá que poner aire acondicionado para evitar golpes de calor.

no quiero entristecerte, pero tampoco querría engañarte. llegará un día que aquel niño que se levantaba de madrugada para ver con su padre los cuartos de final del mundial 2002 con aquel atraco arbitral en l'espanya vs corea del sur ya no tendrá padre, y tampoco ganas de ver partidos. aquel niño que soñaba ser escritor, escribir en los diarios que vendían en el quiosco de la esquina y ser corresponsal en una copa del mundo para enviar crónicas desde una habitación de hotel, como garci, acabará escribiendo en un diario y lo hará sobre el mundial, pero para avisarte que la única crónica que querría hacer es esta que lees. y sobre todo, que si lo escribe es porque no trabaja para un medio de comunicación de qatar, ya que en aquel país no existe la libertad de expresión y allí este artículo no existiría. por lo tanto, sólo espero que me entiendas y comprendas que boicotear el mundial porque han muerto miles de trabajadores es lícito y lógico, pero que no sirve de nada si cuando acabe el torneo, de repente, una amnesia colectiva se apodera de todo y la gente olvida que lejos de qatar, aquí, en nuestra casa, también es urgentísimo replantearse la calidad de vida y los derechos sociales que afectan a nuestra clase trabajadora.

por desgracia, un día te darás cuenta de que la globalización y el liberalismo salvaje han conseguido hacer olvidar a los trabajadores que quien genera riqueza es su trabajo. tampoco los futbolistas serán conscientes que, por mucho que algunos desde casa pretendan boicotear el mundial, son sólo ellos los que pueden conseguir boicotear de verdad una copa del mundo infame con un solo gesto: ausentarse y no jugar. pensarás que hago volar palomas y que sueño demasiado, pero te tengo que alertar de que es normal. te guste o no, pretendas o no evitarlo, a medida que te hagas mayor te irás volviendo más pragmático, pero nunca abandonarás del todo el idealismo y a veces una película, un libro o un buen disco te harán creer que el mundo es un lugar que vale la pena y, como dice una canción de mishima que te gustará mucho, tratarás de encontrar en todo la forma de un sentido. adoptar la forma de un sentido que se busca. y algún día, a pesar de ahora no lo sepas, admitirás que tú también, quizás sin saberlo, en algún momento habrás querido ser una canción, que alguien te cante, ser melodía. quizás sin saberlo, en algún momento incluso habrás creído en el amor. y en la justicia. y en los derechos humanos. y en la libertad. incluso, quizás sin saberlo, en algún momento habrás creído en el fútbol.