Las casualidades hacen que a la misma hora y el mismo día tomen posesión de sus responsabilidades el Govern de Catalunya y el Gobierno de España. Así son las cosas, ¿quién podría vaticinarlo?

Llegan rumores de los nombres que Sánchez baraja como miembros del inminente gobierno. Y en mi opinión, puede que se pierda una oportunidad estupenda para afrontar los retos desde una perspectiva verdaderamente regeneradora e innovadora. Como aquel primer gobierno que hiciera Zapatero, tan fresco y tan lleno de caras nuevas. Eso, en mi opinión, es lo que necesitamos. Tirar de nombres archiconocidos, de esa llamada “generación tapón”, no me parece la mejor opción. 

Suenan los nombres de Carmen Calvo (exministra de Cultura), Margarita Robles (Justicia), José Luis Ábalos (Portavoz), Patxi López (Interior), Manuel Escudero (Economía), Josep Borrell (Exteriores), Meritxell Batet (Administraciones Públicas), Cristina Narbona (Medio Ambiente y Transición Energética), Beatriz Corredor (Fomento), Francisco Polo (Ciencia e Innovación), Carmen Montón (Sanidad), junto a otros nombres como Andrés Perelló, Mariluz Martínez Seijo, Pilar Cancela, Ibán García Blanco, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. 

Básicamente, estos son los nombres de quienes han acompañado a Sánchez en su travesía por el desierto y ahora, llegados a este “oasis”, son posibles nombres para la quiniela en la inminente formación de gobierno. Es cierto que este tipo de “filtraciones” suelen estar cargadas de intención: bien porque se quiere tantear la opinión pública, incluso a los propios nombrados, y a veces, es simplemente inventiva periodística para generar ruido ante horas de angustiante vacío informativo. Sea como fuere, en mi opinión, la ocasión quizás requiera de una estrategia un poco más rompedora. Y no porque tenga yo nada en contra de aquellos nombres, que en la mayoría de los casos han sido compañeros míos de militancia, y algunos, incluso, son personas a las que tengo cariño personal y mantenemos una relación muy entrañable. Por lo tanto, no quisiera yo que estas letras pudieran parecer una crítica hacia ellos ni hacia su valía o trayectoria. Más bien las circunstancias me hacen pensar que lo que podríamos necesitar sea aire, frescura, caras nuevas y sobre todo, una buena apuesta por perfiles más allá de siglas. 

A estas alturas creo que podemos entender y reconocer que en casi todos los partidos políticos hay perfiles que son muy válidos, que aportarían muchísimo a un proyecto de país que se desmorona

La actualidad política nos da para reflexionar. Y mucho. Entre otras cosas, la enorme incapacidad que han tenido los dirigentes políticos de hacer su tarea, esto es: política. De ocuparse y preocuparse, más allá de sus intereses electorales, por lo que al común de la ciudadanía le quita el sueño. Gestionar, en definitiva, lo que es bien común, eso que el Partido Popular ha dinamitado a base de fundirse una millonada de dinero de todos en sus chanchullos. Nos preocupa la sanidad pública, la educación, las pensiones, tener un trabajo con el que poder vivir dignamente, la situación de los trabajadores autónomos, la maternidad, la violencia de género, la libertad de expresión, la información veraz que nos falta por parte de los medios secuestrados, la apuesta por nuestra investigación, por nuestra cultura, la convivencia de todos los pueblos que conforman España, el respeto y el auge de la extrema derecha. Y todo esto nos preocupa mucho y nos urgen soluciones drásticas. 

Es importante acabar con la polarización de las posturas aparentemente políticas. A estas alturas creo que podemos entender y reconocer que en casi todos los partidos políticos hay perfiles que son muy válidos, que aportarían muchísimo a un proyecto de país que se desmorona. Y no, un sólo partido no tiene la verdad absoluta ni a los mejores. Y sobre todo ahora, en este momento en el que el PSOE no debería confiarse y olvidar que no ha ganado unas elecciones, sino que pilotará esta nave que estaba a punto de estrellarse, gracias al apoyo y a la apuesta de otras muchas formaciones políticas. 

Invitaría a pensar al futuro presidente, el señor Sánchez, en perfiles que son muy positivos y muy respetados socialmente. Personas que han hecho su labor de manera ética y comprometida con valores y principios que, por honestos y coherentes, han brillado en nuestra sociedad. Le animaría a no ser sectario ni corto de miras. Hay mucho potencial que debería aprovecharse precisamente en un momento como este. La ocasión lo merece: y generosidad con generosidad ha de pagarse. 

Dejen ya las siglas. No nos han traído hasta aquí para seguir haciendo lo mismo con los mismos

Irene Montero sería una magnífica portavoz. Ha demostrado sobradamente su valía; mujer, joven y sobradamente preparada. Con dotes innegables de comunicación, frescura y compromiso social. 

Alberto Garzón sería otro perfil a tener muy en cuenta en el área de economía, por supuesto junto a Manuel Escudero y Juan Torres, que tienen un magnífico perfil. 

El coronel Pedro Baños podría ser otro fichaje excepcional en materia de Defensa. 

David Calle tendría mucho que aportar en Educación, junto a perfiles como Pedro Pablo Novillo.

David Fernández, Núria Parlon, junto a Francina Armengol, Jon Iñarritu, Uxue Barkos o Ana Miranda son nombres muy interesantes para abordar la situación territorial. Contar aquí con expertos en federalismo como Pérez Tapias, Ramón Cotarelo y Jaime Pastor sería de agradecer. 

Abordar la Secretaría de Estado de Comunicación es una de las labores primordiales para poder encauzar el grave problema del que adolece España: la falta de calidad en sus medios informativos. Una periodista como Maruja Torres sería, sin duda, una apuesta muy positiva. 

La cultura es otra de las grandes damnificadas por la era Rajoy. Replantearse un nuevo sistema que termine con el pisoteo sistemático de nuestras producciones sería muy necesario y positivo. Álex de la Iglesia tendría mucho que decir. 

Perfiles como Íñigo Errejón, Teresa Rodríguez, Elsa Artadi, Mireia Boya deberían ser muy tenidos en cuenta. Piense, Sánchez, que todos ellos, a través de sus partidos, le han dado apoyo a este gobierno. Sí, cada uno viene de una formación, de una ideología. Pero todos ellos forman parte de una generación que se ha ganado a pulso tener voz y voto en todo lo que sucede. Y además, todos ellos tienen clara una idea: es necesario desarrollar un nuevo sistema donde todos podamos convivir, repartiendo la riqueza de la manera más justa y sostenible. 

Prueben a hablar de república, seguro que hay entendimiento. Y sobre todo, dejen ya las siglas. No nos han traído hasta aquí para seguir haciendo lo mismo con los mismos.