No he querido saber, pero he sabido que la primera canción en catalán del productor musical Alizzz, vendida a bombo y platillo como "el himno del Baix Llobregat", ha sido criticada no tanto por lo que dice, sino por cómo lo dice. En realidad, sin embargo, recurrir a la lengua catalana para rajar contra todo aquello de Catalunya que disgusta al cantante de Castelldefels no es un acto oportunista, sino de normalidad, por eso la existencia de Que pasa nen es motivo de alegría inmensa. Si de vacilar contra el país se trata, ni que sea con tópicos baratos o poniendo a parir infraestructuras como Rodalies que no dependen de Catalunya, nada mejor que levantar el hacha de guerra en catalán. Eso sí, en esta trinchera no hay que confundirse de enemigo, igual que no hay que olvidarse de una cosa básica: enamorarse del Baix Llobregat es inevitable, con o sin el himno de Alizz, ya que yo todavía soy demasiado joven para definir qué es Catalunya hoy, pero ya empiezo a ser lo bastante mayorcito para saber que nuestro mañana va ligado a la evidencia de que Catalunya será baixllobregatense o no será.

Tot està per fer i tot és possible, cuando te enamoras del Baix Llobregat. Tanto, que incluso Meritxell Batet ha permitido que se hable catalán en el Congreso, ni que sea a fin de que la diputada Mar Garcia Puig recite algunos versos de la canción con la poca maña de un niño subido encima de la silla diciendo el verset de Navidad. El corte de vídeo, del que En Comú Podem ha colgado en TikTok un montaje con el videoclip de la canción y todo, en estos momentos se ha convertido ya seguro en material pornográfico para Jordi Évole, Brigitte Vassallo, Javier Pérez Andújar y toda la panda de aburridos que duerme con un retrato de Lerroux y otro de Solé Tura a ambos lados del cabezal de la cama. De repente, los que critican a los que cuelgan la estelada en el balcón lamentan que el Baix Llobregat no tenga bandera. Y no solo eso, sino que los que se pasan el día acusando a los otros de identitarios, sectarios y excluyentes, de repente ensalzan una identidad baixllobregatense que no se aguanta por ningún sitio, propia de una secta de tarados con traumas infantiles y que, sobre todo, es excluyente porque incluye a gente que solo es real en su cabeza: baixllobregatenses de cliché que no existen.

Los que dicen que los ciudadanos del Baix Llobregat son catalanes de segunda, como Alizzz afirma en un verso de la canción, en realidad viven atrapados dentro de una película de los años sesenta

Desgraciadamente, Alizzz también cae en esta trampa. Reivindicar el BaixLlo con figuras de ficción como el Neng de Castefa o una estética de videoclip donde Castelldefels parece un suburbio de Los Ángeles lleno de ionquis esnifando cola es un poco ridículo, casi tanto como creer que en el resto de Catalunya todo el mundo tiene ocho apellidos catalanes, todo el mundo tiene la MOLC entera en la estantería y todo el mundo pasa la tarde bailando sardanas mientras come carquiñolis y bebe ratafía. La sensación es que los que dan la matraca constantemente diciendo que los ciudadanos del Baix Llobregat son catalanes de segunda, como él mismo afirma, en realidad viven atrapados dentro de una película de los años sesenta en la que todos los baixllobregatenses son hijos de inmigrantes españoles, todos son obreros, todos son pobres y, sobre todo, todos hablan castellano porque los malvados catalanes, burgueses todos ellos que atan los perros con longanizas, los tienen absolutamente marginados y los insultan diciéndoles "charnego!" siempre que dicen algo sin pronunciar las vocales neutras.

Sabe mal que un genio capaz de ser la mano invisible detrás de los grandes éxitos de Rosalia, Aitana o C. Tangana se trague esta falacia que es la balcanización de Catalunya. Más que nada porque se trata de un relato de ciencia ficción de serie B escrito por alguien obsesionado con un mundo de buenos y de malos, de venganza y rencor, de impotencia y dolor. Supongo que no se puede pedir todo. Tampoco es demasiado coherente criticar que los cantantes en catalán suenan "aburridos y estirados" cuando eres el productor del último éxito de Joan Dausà, ilustre baixllobregatense nunca reivindicado por los baixllobregatinistas que se piensan que en el Baix Llobregat solo existen Estopa, Chanel, Rosalía o Love of Lesbian. Reivindicar a Ferran Palau, las Rombo, Trau o los martorellenses y precursores del punk en catalán Desperdicis Clínics debe ser demasiado catalán, supongo. Evidentemente, reivindicar mitos baixllobregatenses de la Nova Cançó como Ramon Muntaner o Joan Isaac, directamente, debe ser nazi.

No sé si existe la 'burguesía cultural' como tal, pero sé que Alizzz forma parte de una industria cultural con un estado detrás y una potencia mediática que, ni mucho menos, tendrá nunca nada con tufo catalán

El autorretrato que Alizzz dibuja en la canción está lleno de los tópicos que él mismo afirma querer destruir. Hablemos claro: alguien que en las entrevistas dice que es tan vecino de Messi que se lo encontraba en la gasolinera, creo que es más un "artista musical de éxito que vive en un barrio residencial cerca del mar" que un "choni de la periferia", pero él sabrá. Tampoco parece que en el Enderrock no lo puedan ver, sobre todo porque tiene entrevistas, artículos e incluso un tag propio en la revista musical por excelencia del país. Hacerse el ignorado y el despreciado, sinceramente, roza la vergüenza ajena. Todavía es más extraño afirmar que "la burguesía intelectual podéis comerme la polla". ¿De qué burguesía habla? Debe referirse a los Balañá o a los Lara, quién sabe, aunque tiene pinta que en alguno de los sellos del Grupo Planeta no tardarían ni dos segundos en editar un libro de Alizzz para venderlo como churros por Sant Jordi. No sé si existe la burguesía cultural como tal, pero sí sé que Alizz forma parte de una industria cultural con un estado detrás y una potencia mediática que ni mucho menos tendrá nunca ningún artista, producto o proyecto catalán.

Si Que pasa nien fuera un himno del Baix Llobregat en vez de ser un himno del baixllobregatismo, por ejemplo, en él debería aparecer una editorial baixllobregatense e independiente como Adesiara, que con una mano delante y otra detrás hace más de diez años que edita grandes traducciones de obras maestras de la literatura universal pero, claro está, como editan solo en catalán y hacen libros de poesía que no entiende nadie, supongo que Alizz los considera demasiado burgueses. A pesar de todo, que el productor musical más famoso de Catalunya haya decidido cantar en catalán, por fin, me hace enormemente feliz, ya que por mucho que él afirme que "esto no va de idioma", quizás ahora se dará cuenta de que si hubiera trabajado en catalán desde sus inicios, hoy no sería quien es, no tendría la vida que tiene y no habría ganado los Grammys que ha ganado. A pesar de su inmenso talento, si Rosalia no cantara en castellano tampoco sería la artista universal que conocemos y ni siquiera sería reivindicada por los baixllobregatistas, que solo parecen apreciar lo que suena en castellano. Por eso, mientras ellos hacen videoclips de ganstah huecos de crítica social real y que solo reivindican una única estética, olvidan que en Catalunya hace décadas que hay grupos de rock, punk, rap, ska o trap que glosan en catalán las miserias de las clases populares, el desencanto del mileurismo crónico o la militancia social como motor para cambiar las cosas. La precariedad no habla una sola lengua.

El mejor de todos los tópicos, lugares comunes e hipérboles líricas y visuales que esconde el single de Aliizzz es que su título, Que pasa nen (frase políglota que haría infartar tanto a Pompeu Fabra como a Antonio de Nebrija), nace del último programa que Andreu Buenafuente hizo en catalán y que se decía "Una altra cosa", ya que precisamente la periferia, en Catalunya, es otra cosa. La periferia son las comarcas sin transporte público, son las rentas bajas de los campesinos a quienes pagan la fruta por debajo del precio producción y son las capitales comarcales sin cines, programación de teatro o salas de conciertos. Al lado del Baix Llobregat, tercera comarca con la renta per cápita más alta de Catalunya, la periferia es el Berguedà, donde pagar 12€ por un billete sencillo de autocar que te lleve de Barcelona a casa es el pan de cada día. La periferia es Batea, donde si sufres un infarto tendrás que hacer 45 kilómetros hasta llegar al hospital de Móra. La periferia, en definitiva, es Alcarràs y el Alcarràs que muy pronto verán en Hollywood.

Enamorarse del Baix Llobregat, pues, es otra cosa muy diferente de la que dice la canción. Enamorarse del Baix Llobregat es entender que Sant Just Desvern y Abrera no tienen nada que ver, igual que Sant Climent de Llobregat y Viladecans son dos universos diferentes. Es disfrutar de este cromatismo urbanístico, social y cultural sin caer en tópicos victimistas y darse cuenta, también, de que el Baix Llobregat es Oriol Junqueras siendo alcalde independentista de Sant Vicenç dels Horts cuando el exalcalde de Cornellà, José Montilla, era el primer presidente de la Generalitat nacido fuera de Catalunya. Es la obra de Gaudí como patrimonio mundial de la UNESCO en la Colònia Güell y es la Guardia Civil marchándose con el rabo entre las piernas de Sant Esteve Sesrovires la tarde del Primer de Octubre. Es la UE Santboiana ganando la liga de rugby y son las chicas del Levante Las Planas ascendiendo a Primera División para demostrar que el fútbol femenino en Catalunya no solo es cosa del Barça. Es La Banda Trapera del Río cantante Ciutat podrida, es la poeta Juana Dolores Romero rompiendo moldes con la entrevista cultural más leída de la historia y es Mucho Muchacho convirtiendo 7 notas 7 colores en historia viva del rap. Es también recordar que Margarida Xirgu era de Molins de Rei, que Francesc Pujols se retiró a Martorell y que la Passió d'Olesa burló durante décadas la censura haciendo cada año el espectáculo en catalán durante la larga noche del franquismo. Evidentemente, es Sant Boi de Llobregat aquel 11 de septiembre del 76 reclamando "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia!" en la ciudad natal de Rafael Casanova y es Josep Tarradellas, ilustre vecino de Cervelló, restableciendo la Generalitat después de la dictadura.

Por eso es imposible no enamorarse del Baix Llobregat, y no lo digo porque que la parroquia de mi pueblo, en el Penedès, dependa del Bisbat de Sant Feliu. Lo digo porque la Catalunya que sueño quiero que se parezca al Baix Llobregat, con gente de todo tipo, personas de orígenes diversos, indústria y agricultura por doquier, artistas con talento, deportistas de éxito mundial, oportunidades laborales y multitud de líneas de cercanías, ferrocarriles y autobuses interurbanos que te conectan con la capital del país. Por eso Catalunya será baixllobregatina o no será: porque no queremos un país bonito, sino un país libre, por eso enamorarse del Baix Llobregat es en realidad enamorarse de la Catalunya que soñamos.