Croacia ha derrotado a Rusia, verdugo de España en los octavos de final, gracias a los lanzamientos desde el punto de penalti (2-2, 3-4). La selección de Rakitic ha sudado de lo lindo para superar a la anfitriona, pero finalmente ha podido conseguir la clasificación para las semifinales. El próximo miércoles, los croatas se disputarán, contra Inglaterra, una plaza para la final del Mundial de Rusia.

Sin complejos

Croacia estaba avisada: Rusia no concedería el billete para las semifinales de su Mundial a un oponente que no se lo mereciera. Los anfitriones ya habían demostrado, contra España, que no tenían ningún problema en ceder la pelota y desesperar a sus contrincantes con una estructura defensiva sólida. Y muy solidaria. No les asustó una selección candidata a levantar el título y, evidentemente, no les ha asustado la revelación, con el permiso de Bélgica, de la Copa del Mundo de 2018.

La primera parte del último duelo de los cuartos de final ha sembrado el pánico en Croacia. A Rakitic y Modric se les estaba poniendo cara de Isco y Sergio Busquets. Y a Zlatko Dalic, su entrenador, de Hierro. Los balcánicos han tenido un dominio del 65% y se iban pasando la pelota de un lado en otro sin ambición alguna. Akinfeev no tenía que hacer más que contemplar cómo sus rivales se impacientaban ante la incapacidad de penetrar entre la defensa rusa. Y, por si eso era poco, los locales no han renunciado a hacer daño al contraataque como sí que hicieron contra el combinado español.

En uno de estos impulsos, de hecho, Cheryshev ha sacado las telarañas de la portería de Subasic con un misil. El jugador del Villarreal hecho un potente disparo con la izquierda para culminar una pared con Dzyuba y golpear primero. Que este Mundial está siendo imprevisible lo demuestra el hecho de que un jugador que entró en la lista de Rusia en el último momento ha acabado, con el de hoy, con cuatro tantos. 0-1. Croacia, contra las cuerdas.

Ejercicio de supervivencia

Como ya hicieron contra Dinamarca, los de Dalic no han tardado en reaccionar. En los octavos sólo necesitaron tres minutos para conseguirlo; en los cuartos han precisado prácticamente de diez, pero aun así han conseguido igualar el marcador antes del descanso. Perisic y Mandzukic no han desperdiciado el primer desajuste defensivo de su contrincante. Kramaric, delantero del Hoffenheim, se ha encargado de convertir la buena jugada de sus compañeros en el empate. Golpe psicológico para unos. Aire para los otros.

En la reanudación, sin embargo, los croatas han vuelto a recuperar su cara y el asedio a Rusia ha sido muy efectivo en cuanto a las ocasiones contra la portería de Akinfeev. Poco a poco, los anfitriones se han ido echando hacia atrás y la superioridad de Croacia se ha traducido en mucho más que posesiones largas y estériles. Perisic podría haber trasladado al marcador la mejora de sensaciones balcánicas a la hora de juego. Su disparo, no obstante, se ha estrellado contra el palo.

El partido se ha acabado convirtiendo en un ejercicio de supervivencia ruso. Los de Cherchesov han utilizado todas sus armas para mantener la igualdad y exasperar a Croacia con la misma robustez que exasperó a España. No se tenían que volver locos: el resultado aseguraba la prórroga y eran los croatas, teóricos favoritos, los que tenían que llevar la iniciativa en busca proactiva de la victoria. Lo han hecho, pero no lo han conseguido.

Rakitic deprime a todo un país

La prórroga se preveía de lo más dispendiosa para los dos conjuntos. Ambas selecciones, pero sobre todo Croacia, han llegado fundidas al tiempo extra y treinta minutos más parecían todo un suplicio para los 22 futbolistas que había sobre el césped. Viendo que Subasic, portero balcánico, estaba con molestias musculares y Dalic no podía hacer más cambios, Rusia ha fiado todas sus opciones a los penales. Hoy, sin embargo, la estrategia no le ha salido bien.

Un gol de Vida en la primera parte de la prórroga parecía acabar con las aspiraciones de Rusia. El central ha rematado un córner lanzado por Modric y ni Smolov ni Akinfeev han conseguido evitar que la pelota se colara en su portería. Lejos de rendirse, sin embargo, los locales se han servido de una jugada a balón parada en las postrimerías para empatar el partido. Penaltis.

Desde los once metros, Croacia ha estado más acertada y la eliminatoria se ha acabado decidiendo a su favor. Como contra Dinamarca, Rakitic ha vuelto a apuntarse el tanto definitivo. La anfitriona se despide de su Mundial luchando hasta el último momento. Croacia, por su parte, se cita con Inglaterra el próximo miércoles en busca de una plaza para la gran final del Mundial.