Una exhibición de fútbol y goles de Kylian Mbappé acaba con el sueño de Leo Messi. Francia supera Argentina en el intercambio de golpes y se clasifica para los cuartos de final del Mundial de Rusia (4-3). La derrota de los argentinos, que convierte en anécdota la gesta contra Nigeria, puede suponer el punto final de una generación de futbolistas.

Un plan con fisuras

Ya quedó demostrado que la opinión de Leo Messi condiciona (en exceso) la de Jorge Sampaoli. El seleccionador, después de verse eliminado, ha vuelto a cambiar la alineación para jugar sin delantero centro. Messi era la punta de lanza del ataque. El falso '9' dejaba a Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero en el banquillo.

La intención era que el equipo fuera más competitivo, sobre todo en medio del campo. Argentina ha empezado con las ideas muy claras, conteniendo Francia. Pero el planteamiento ha estallado por los aires cuando Kylian Mbappé ha tocado la primera pelota. El talentoso delantero del París Saint-Germain, enganchado a la banda, ha descosido la defensa. Una carrera suya de 60 metros ha caducado el 0-0.

Marcos Rojo ha acabado haciendo un penalti tan claro como indiscutible. Antoine Griezmann, que dos minutos antes había estrellado una falta al larguero, ha engañado al portero Franco Armani. Era el peor guión posible para Argentina, que le obligaba a remontar contra una selección que sólo había encajado un gol en la fase de grupos.

Mbappé, como si jugara al patio de la escuela, seguía destrozando caderas cuando recogía balonazos largos. Francia era capaz de dominar muchos registros y el 1-0 legitimaba su contragolpe, letal con espacios. Nicolás Otamendi sostenía a los argentinos en sus peores minutos. Messi estaba desaparecido en combate. Y el panorama parecía que sólo podía empeorar hasta que Ángel Di María ha igualado las fuerzas.

Un chute desde 25 metros ha sorprendido al portero Hugo Lloris, que sólo ha podido mirar como la pelota rozaba la escuadra antes de tocar la red. Empezaba un partido nuevo. Y lo hacía antes del descanso.

Ha nacido una estrella

Los argentinos han hecho buena la dicha que dice que el fútbol es un estado de ánimo. El 1-1 les ha cambiado la cara y la suerte les ha sonreído en el 1-2. Gabriel Mercado ha desviado un disparo inofensivo de Messi para engañar a Lloris. Remontada a la carta. Parecía que reservaban la épica para otro día. Sólo lo parecía.

Francia, contra las cuerdas, ha visto la luz con un gol imposible de imaginar. El lateral Benjamin Pavard ha cazado un centro en el segundo palo para enviar la pelota, con el exterior, la escuadra contraria. El mejor gol del Mundial en el mejor momento posible. El empate ha rejuvenecido a los franceses, que han utilizado a Mbappé para noquear a los argentinos.

El delantero de 19 años sólo ha necesitado cuatro minutos para deprimir a Messi y consolidarse como una de las estrellas que más brilla del panorama internacional. Primero, con una pelota muerta dentro del área y un disparo con la pierna izquierda. Segundo, definiendo con la pierna derecha un contragolpe de manual. El Mundial ya conocía la exuberancia de un delantero que recuerda al mejor Ronaldo y que ha eclipsado a Neymar en su primera temporada en París. Argentina estaba noqueada con el 4-2.

Entre los dos goles de Mbappé, Sampaoli ha cambiado su hoja de ruta. La entrada de Sergio Agüero para jugar con delantero centro ha tenido efecto en el tiempo añadido con el 4-3. Los argentinos necesitaban otro milagro, pero han perdido los nervios y Maximilano Meza ha desaprovechado la última ocasión. Francia cierra, sufriendo, un resultado que la catapulta como favorita al título.