Salió hace más de 60 años de la fábrica que el grupo Volkswagen tiene todavía hoy en Hannover como una furgoneta normal, pero un mecánico austríaco de la marca, Kurt Kretzner, la modificó en el año 1962 para poder circular en invierno por las nevadas montañas austríacas donde vivía. Con unas orugas la convirtió en una furgoneta todoterreno y, con el tiempo, llegó a ser un mito: es la Half Track Fox 01 y, aunque Volkswagen nunca la fabricó, forma parte de su historia.

Restaurada por la marca
Sea como fuere, la furgoneta acabó en un museo que Porsche tiene en Gmünd (Austria) y Volkswagen Commercial Vehicles se hizo cargo de ella para restaurarla. Hoy, la Half Track Fox 01 circula y demuestra una vez más que la T1 es una de las mejores y más versátiles furgonetas que se han fabricado. Volkswagen nunca fabricó en serie aquella extraña furgoneta con orugas, pero ahora sí que ha hecho algo más importante: conseguir que el sueño de un visionario no quede en el olvido.
Fracaso comercial
La idea de Kretzner fue un fracaso comercial, como las de Preston Tucker en Estados Unidos, pero esta circunstancia no le resta un ápice de valor: por eso Volkswagen la ha restaurado. Kretzner sólo fabricó dos unidades y, de la segunda, poco se sabe. Quizá su velocidad máxima de 35 km/h ttuvo que ver en el fracaso comercial de aquella aventura, pero sirvió para algo interesante: hoy tenemos un vehículo que no deja indiferente y que se mueve, de ahí su nombre, a la misma velocidad que un zorro cuando corre.