Como bien saben aquellos que tienen un coche relativamente moderno, una de las tecnologías que más se ha implantado en Europa es la del sistema del Start&Stop. Cabe tener en cuenta que la implantación de esta tecnología no supone un capricho por parte de los fabricantes, sino una obligación por parte de las autoridades.
El principal objetivo que tiene este sistema es el de intentar reducir las emisiones de los coches ya que, como bien saben aquellos propietarios de un vehículo que cuenta con este sistema, se trata de una tecnología que se encarga de apagar el motor del coche en determinadas circunstancias como suele ser en un semáforo, en un paso de peatones o en atascos.
Así, cuando el coche está parado más de X segundos, el sistema se pone en marcha y apaga el motor del coche, aunque el resto de sistemas siguen evidentemente activos como es el caso de la electrónica, el sistema de info entretenimiento o el aire acondicionado, entre otros.
De esta forma, el objetivo de este sistema es que el motor del coche esté menos tiempo encendido y que, sobre todo en aquellos momentos en los que el coche está parado y por lo tanto no se necesita que el motor esté encendido, se reduzcan así las emisiones.
El problema del sistema Start&Stop a largo plazo
A priori se trata de una tecnología que evidentemente es más que positiva para el medio ambiente, pero como bien saben aquellos que tienen un coche con ese tipo de sistema desde hace ya unos años, puede acabar derivando en un problema mayor.
Y es que son varios los componentes del coche que se ven afectados por este sistema, entre ellos la batería o los sistemas de arranque, que tienen que trabajar mucho más que en el caso de los coches que no cuentan con este tipo de sistema.
El hecho de que, especialmente en entornos urbanos, en un trayecto más o menos corto el motor se apague y se encienda cada pocos segundos es algo que a la larga puede acabar provocando afectaciones en diferentes partes del motor.
En este sentido, los fabricantes y ahora apuntado que refuerzan este tipo de componentes para alargar así la vida útil de los coches, pero no son pocos los que argumentan que, teniendo en cuenta que la reducción de emisiones es mínima con este sistema, lo mejor es dejar de contar con él.