Comprar un coche eléctrico tipo Tesla equivale a ahorrar, y más aún con los actuales precios de los carburantes. Sin embargo, si bien esa máxima es inequívocamente cierta cuando lo que compramos es un coche nuevo, puede que no sea así si nos llevamos a casa un eléctrico de segunda mano, porque las baterías se degradan y reemplazarlas puede llegar a costar más que lo que vale el coche.

Coche electrico
Coche electrico

El (mal) ejemplo de Avery Siwinski

Y es que eso, precisamente, fue lo que le sucedió a una joven de 17 años llamada Avery Siwinski, que en lugar de un Tesla Model Y nuevo como han hicieron en junio casi 17.000 europeos, compró un Ford Focus Electric de 2014 con 96.560 km por 11.000 dólares. Todo bien hasta ahí porque la chica, lista ella, se ahorró un dineral. Los problemas llegaron cuando se encontró un buen día con la desagradable sorpresa que nadie espera cuando se compra un coche de segunda mano: su vehículo había dejado de funcionar.

Cuantiosa factura

Siwinski, como siempre se hace en estos casos, acudió a su concesionario y los técnicos le informaron de las desagradables noticias: el desastre tenía solución, pero iba a costar mucho dinero. Era necesario reemplazar la batería y eso costaba 14.000 dólares: exactamente 3.000 más que lo que Avery había pagado por el coche. Tras mucho hablar, decidieron asumir el pago, pero ya era tarde: el concesionario les informó que ya no existían baterías disponibles para ese modelo. Ford les ofreció entonces 500 euros por el coche, que sería achatarrado. Moraleja: si quieres un coche eléctrico, no tienes el dinero que se necesita para pagarlo y te has decidido por uno de segunda mano, comprueba el estado de las baterías antes de cerrar el trato, no sea que tu pareja se entere de la que has liado, venda el coche eléctrico a tus espaldas y te compre una silla, quizá también electrificada, en la que, siempre amablemente, te invitará a sentarte.