La confirmación oficial del lanzamiento del Dacia Sandero híbrido HEV en 2026 supone un giro relevante dentro del mercado de los utilitarios. El modelo más vendido de la marca rumana, y también uno de los más populares en Europa, incorporará por primera vez un sistema de propulsión híbrido autorrecargable. Esta decisión no solo refuerza la estrategia de electrificación de Dacia, sino que anticipa una reconfiguración del segmento de los compactos económicos, donde hasta ahora el MG3 Hybrid+ había conseguido hacerse un hueco por su equilibrio entre precio, potencia y consumo.
El nuevo Sandero HEV utilizará una versión adaptada de la tecnología híbrida de Renault, concretamente el sistema E-Tech ya empleado en modelos como el Clio o el Captur. Aunque se espera una configuración menos potente y más ajustada a la filosofía de bajo coste de Dacia, el planteamiento mecánico mantendrá un enfoque equilibrado entre eficiencia energética y fiabilidad. La incorporación de la etiqueta ECO de la DGT aumentará, además, su atractivo en entornos urbanos con restricciones de tráfico, completando así una oferta difícil de igualar en términos de relación valor-precio.
En este contexto, Dacia se adelanta al movimiento del resto de marcas generalistas al ofrecer un híbrido no enchufable que, sin renunciar a prestaciones razonables, mantiene el objetivo de seguir por debajo de la barrera de los 20.000 euros. Lo destacable en este caso es que se trata de una versión híbrida de un modelo ya consolidado, lo que le permite contar con una base de confianza por parte del cliente que otros recién llegados al mercado todavía no han alcanzado.
El éxito del MG3 se complica
Hasta la fecha, el MG3 Hybrid+ era uno de los pocos modelos del segmento que combinaba una motorización híbrida con un precio asequible. Su motor de 192 CV y consumo homologado de 4,4 l/100 km lo posicionaban como una alternativa directa a híbridos más establecidos como el Toyota Yaris. Sin embargo, los datos de uso real han revelado consumos más altos, especialmente en circulación urbana, y una transmisión automática de tres velocidades que ha recibido críticas por su funcionamiento poco refinado.
La reciente introducción de una versión de gasolina con motor atmosférico de 1.5 litros y 115 CV parece indicar una estrategia de diversificación dentro de la gama MG3. No obstante, este cambio también podría debilitar la imagen del modelo como una propuesta híbrida diferenciada, justo cuando la competencia se intensifica. Con la llegada del Sandero híbrido, MG pierde parte de la ventaja competitiva que había ganado al anticiparse a sus rivales.
El futuro del MG3, por tanto, se presenta incierto. Frente a un Dacia Sandero con tecnología probada, mayor red de distribución y precios igualmente ajustados, el modelo de MG deberá mejorar notablemente su eficiencia real y su comportamiento mecánico si quiere mantenerse como una opción viable. La electrificación del utilitario rumano reordena de forma significativa un segmento en el que la competencia se endurece y la exigencia del consumidor es cada vez mayor.