Uno de los grandes objetivos que tenía Tesla hace ya unos años era el de convertirse en una marca global y en una marca que llevará la bandera de ser el primer fabricante de coches eléctricos a nivel mundial en cuanto a cifras de ventas.

Un objetivo que la inmensa mayoría de mercados ha logrado gracias a contar con una serie de modelos que cada vez han ido mejorando su calidad y sus prestaciones a la vez que han ido situándose en una zona de precios en las que cada vez más clientes se sienten cómodos.

 

Evidentemente los Tesla no son coches precisamente baratos, pero cabe tener en cuenta que, comparados con sus rivales directos, en un rango similar de precios acaban ofreciendo prestaciones superiores, así como contar con el factor de marca premium que siempre ha ido unido a este fabricante.

Pero el problema que tiene esta marca de fabricantes es que, como les está ocurriendo a tantas otras marcas que están apostando por modelos muy deportivos pero con motores eléctricos, siguen siendo muchos los conductores que dan la espalda a este tipo de mecánicas en este tipo de coches.

Los deportivos de gasolina sigue siendo los más deseados

Evidentemente llegará un día en el que los enormes, potentes y ruidosos motores de gasolina formarán parte del pasado, pero hoy en día siguen siendo la inmensa mayoría de conductores los que, dispuestos a gastarse una buena cantidad de dinero por un deportivo, quieren tener esas sensaciones al volante de un coche con un motor de combustión muy potente.

 

Es cierto que las prestaciones que tienen los coches eléctricos, sobre todo lo que se refiere a la celebración, están dejando en muchos casos son ridículo algunos de los mejores deportivos de combustión del mercado, pero como bien saben muchos fabricantes hay otros aspectos que acaban siendo superiores en cuanto argumentos de venta.

En este sentido, no es casualidad que el Ford Mustang, un modelo que no puede presumir precisamente de ser ni el más rápido ni el más ágil, sea uno de los deportivos más vendidos a nivel mundial. Y es que su mejor argumento es, como lo ha sido durante muchos años, su enorme motor y la sensaciones que este general volante.