Los intermitentes permiten avisar al resto de usuarios de la vía qué vamos a hacer y, por eso, son fundamentales para la seguridad de todos. Sin embargo, no siempre han estado presentes en coches, motos y camiones: la primera marca que decidió instalarlos en un turismo fue la americana Buick en 1939 y, desde entonces, ha habido intermitentes de muchos tipos. Volvo, la marca sueca, tiene el dudoso honor de haber diseñado uno de los más raros e inútiles: el Fixlight 1180.

Volvo con extraño intermitente
Volvo con extraño intermitente

En el techo

El intermitente sueco en cuestión estaba compuesto por dos lucees ámbar que parpadeaban en función de hacia dónde iba a girar el coche, pero el problema era donde se ubicaba: Fixtabrikem compañía propiedad de un amigo de los fundadores de Volvo pensó que el mejor sitio para instalarlo era el techo y, como suele decirse, su idea fue peor que la que tuvo el que asó la manteca: no se veía ni siquiera de día, impedía colocar una portaequipajes en el techo e, incluso, penalizaba la aerodinámica del coche, si es que alguien se preocupaba entonces en Suecia de esas zarandajas.

Retirado en 1952

La brillante idea se retiró en 1952, sólo dos años después de que se presentase. Hasta el Gobierno de Suecia acabó prohibiendo los intermitentes en el techo, pero Fixfabriken siguió siendo proveedor de Volvo: a hora los intermitentes se instalarían en el Pilar B. ¿Por qué aceptaron una idea tan extraña como la de colocar intermitentes en el techo? Sencillo: así se ahorraban un par, porque no era necesario colocar unos delante y otros detrás.