La semana pasada te contábamos en este medio que no todo es tan bonito como lo pintan en la transición hacia la movilidad eléctrica. Mantener un coche eléctrico es mucho más barato que cualquier modelo de gasolina o diésel. Tanto en lo que se refiere al combustible, pues es mucho más barata la electricidad que un litro de gasolina o diésel, como en lo que se refiere a mantenimiento mecánico. Los eléctricos llevan menos elementos mecánicos que los tradicionales, con lo que requieren menor inversión en mantenimiento. Y todo ello sin olvidar que los impuestos también son menores en un coche eléctrico.

Sin embargo, tener un coche eléctrico conlleva gastos que no suelen contarnos cuando vamos a comprarlo a un concesionario. Por ejemplo, los neumáticos. Estos se gastan más por las aceleraciones, más violentas que en un modelo de combustión interna, y también por el peso del coche. Al llevar baterías, los coches pesan mucho más.

Otros gastos asociados a los coches eléctricos los encontramos en, por ejemplo, dejar el coche cargando más allá del 100%. Aunque la batería esté completamente cargada, hay empresas que siguen cobrando mientras dejamos el coche enchufado. Tesla es una de ellas.

Asimismo, también debemos tener en cuenta que la batería no es eterna. Se degrada con el uso. Y cambiarla puede suponer un gasto que incluso supere la mitad de lo que cuesta el coche nuevo. Es el elemento más caro de un vehículo eléctrico. Y si no le damos un buen uso, puede que nos toque cambiarla antes de lo previsto.

Y aunque en la actualidad existan muchas ventajas por llevar la etiqueta CERO de la DGT, estas irán desapareciendo a medida que el coche eléctrico se vaya normalizando. Es decir, el impuesto de circulación o aparcar en la zona azul dejará de ser gratis para los coches eléctricos en un futuro cercano.

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Ahorro de hasta 7.000 euros al año con un coche eléctrico

Aun así, un coche eléctrico, aunque sea más caro que uno convencional, sigue siendo más barato a la larga. Y más rentable será cuantos más kilómetros se hagan. En el portal Xataka, donde han hablado con varios taxistas, recogen que con lo que se gasta en combustible se puede pagar la electricidad y la letra del coche. Y que un eléctrico puede suponer un ahorro de hasta 7.000 euros al año respecto a un modelo de combustión interna.

Un ahorro que se acentúa, sobre todo, si circulamos por ciudad. Tal y como señalan en el portal mencionado, “es el entorno perfecto para un coche eléctrico”. Sobre todo gracias a la frenada regenerativa, que al usarla continuamente nos permite sacar mayor rendimiento a la batería, aumentando la autonomía cada vez que disminuimos la velocidad.