Donald Trump tiene una capacidad inagotable de sorprender y provocar con sus comunicaciones, en las antípodas de lo que se puede esperar del jefe de Estado de la nación más poderosa del mundo. El presidente de los Estados Unidos se ha convertido en una caricatura y ha vuelto a responder a sus críticos a través de vídeos generados por Inteligencia Artificial, con los que ha provocado una fuerte polémica en los medios del país y también en el Congreso. Como respuesta a las multitudinarias protestas del movimiento No Kings que han llenado las calles de muchas ciudades norteamericanas de millones de manifestantes que denuncian la deriva autoritaria que vive el país, el cierre del gobierno bajo la administración Trump así como su política migratoria, el presidente ha publicado un vídeo en el que se le ve pilotando un avión de combate con la inscripción "King Trump" (Rey Trump) y llevando una corona dorada. En el vídeo, realizado con IA y acompañado de música de estilo serie de acción de los años 80, Trump aparece lanzando una sustancia marrón que se ha interpretado mayoritariamente como excrementos (otros hablan de barro) sobre miles de manifestantes que rechazan su gobierno y lo acusan de deriva autoritaria.  

La escena parece situarse sobre una ciudad que podría ser Nueva York, con grandes rascacielos y calles llenas de manifestantes. Este vídeo, que ha sido compartido a través de su red Truth Social, ha sido la única reacción pública oficial de Trump ante las protestas masivas en más de 2.500 ciudades de Estados Unidos, donde millones de personas han expresado su rechazo a su mandato y a su estilo de gobierno autoritario, bajo lemas que incluyen “No queremos reyes en este país” y “Trump debe marcharse ya”.

Las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar, y reflejan la polarización que vive el país, entre los organizadores del movimiento No Kings y los seguidores de Trump y activistas del movimiento MAGA. Los primeros, que agrupan a millones de manifestantes en más de 2.700 eventos pacíficos tanto en EE. UU. como en ciudades internacionales, lo han visto como una provocación más dentro de la deriva autoritaria que denuncian en el gobierno de Trump. Para ellos, el vídeo es una burla insolente que simboliza el desprecio del presidente hacia la protesta ciudadana y los valores democráticos. Para los segundos, el vídeo de Trump es una expresión de orgullo y una reafirmación de su liderazgo, que no entiende de subterfugios y se caracteriza por un estilo directo y provocador.

Anteriormente, ya había publicado otro vídeo generado por IA en el que se veía a Trump participando en una ceremonia de coronación, con gente arrodillándose delante de él. El dirigente norteamericano había dicho el viernes, en una entrevista con la cadena Fox News, que había rechazado la comparación con un monarca. “Dicen que se refieren a mí como rey. No soy un rey”, declaró el presidente. Pero posteriormente, decidió aprovechar las críticas para dar la vuelta a la situación y aprovecharlas para responder a los miles de manifestantes contra sus políticas. En las redes sociales su equipo y los activistas MAGA han difundido imágenes y vídeos de Trump llevando una corona, marcando así el perfil de rey que está por encima de todos.