El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha respondido a las nuevas sanciones de la Unión Europa abriendo la puerta a la migración y el contrabando masivos, escogiendo Lituania como el principal objetivo de su ofensiva. "Ya dije francamente que no contendremos a aquellos que habéis oprimido en Afganistán, el Iraq e Irán. No tenemos dinero ni fuerzas para ellos por culpa de vuestras sanciones", subrayó este viernes dirigiéndose a los países de la UE en un discurso con motivo del Día de la Independencia.

Bielorrusia lo fomenta

 

El pasado día 1 la guardia fronteriza lituana detuvo a 150 personas migradas provenientes de Bielorrusia, el doble de los detenidos que todo en el 2020. Según Lituania, que ha solicitado ayuda a Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, este incremento es fomentado directamente por las autoridades bielorrusas. El ministro de Asuntos exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, denunció que una agencia turística, Tsentkurort, que depende de la Presidencia bielorrusa, está implicada en el traslado de migrantes provenientes de Asia y África, y que la guardia fronteriza bielorrusa facilita el traspaso irregular de la frontera lituana.

"Tenemos pruebas que los guardias fronterizos bielorrusos están implicados", aseguró la titular de Interior lituana, Agnė Bilotaitė. Según Bilotaitė, se trata de un "delito muy lucrativo en el cual participa el régimen (de Lukashenko) y sus funcionarios", ya que para el traslado de una persona se cobran sumas de hasta 15.000 dólares. La guardia fronteriza bielorrusa asegura que el número de detenidos de terceros países en la frontera con Lituania es lo mismo que se ha registrado en los últimos 5-7 años. Estas declaraciones contradicen las informaciones del Ministerio del Interior de Lituania, que señalan que desde principio de año 822 personas en situación irregular, diez veces más que en el conjunto del 2020, intentaron entrar en el país a través de Bielorrusia.

Las amenazas de Bielorrusia

 

Lukashenko, que gobierna con mano de hierro la antigua república soviética desde hace casi 27 años, ha amenazado de manera reiterada con abrir la puerta a la migración hacia la UE como respuesta a la presión política y económica de los veintisiete. "Nosotros éramos un freno para la droga y los migrantes, ahora se tendrán que ocupar ellos", anunció el líder bielorruso después de conocerse las nuevas sanciones de la UE contra Minsk, adoptadas a hasta del pasado mes de junio. La última ronda sanciones de la UE fue impuesta ante la escalada en Bielorrusia de las violaciones de los derechos humanos y de la represión violenta de la sociedad civil, la oposición democrática y la prensa. Las restricciones responden también al aterrizaje forzado en Minsk el mes pasado de un avión de Ryanair para detener al periodista opositor Román Protasevich y su compañera, la ciudadana rusa Sofia Sapega.

Los 500 kilómetros de frontera terrestres con Lituania han sido escogidos, si se tiene que juzgar por los acontecimientos de las últimas semanas, para hacer efectivas las amenazas del líder bielorruso. "Lukashenko ha decidido castigar en Lituania, que lidera la solidaridad de los países europeos con los demócratas de Bielorrusia", ha dicho a Efe al politólogo lituano Vytis Jurkonis.

Con el apoyo político y económico de Rusia, el presidente bielorruso no dudó al amenazar Bruselas y suspendió al principio de esta semana la participación de su país en el programa de Asociación Oriental con la Unión Europea. Además, el Gobierno de Minsk vetó la entrada en Bielorrusia de aquellos funcionarios europeos que contribuyeron a la imposición de medidas restrictivas contra el país. La UE ha dado apoyo a las protestas pacíficas de la oposición bielorrusa contra el fraude durante las elecciones presidenciales en agosto de 2020 y, desde entonces, ha demandado su repetición y la liberación de los presos políticos. Según expertos consultados por Efe, las pérdidas para la economía bielorrusa por las sanciones europeas ascenderán a 10.000 millones de dólares. Lukaixenko ha llegado a declarar que si es necesario no dudará a imponer la ley marcial para evitar el hundimiento de la economía del país

 

Foto principal: el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukaixenko / Europa Press