Las universidades de Irán se han convertido en el epicentro de las protestas en contra de las autoridades del país, después de la muerte de Mahsa Amini, detenida por la Policía de la Moral por llevar el velo mal puesto. Unos jóvenes estudiantes de la Universidad de Hormozgan, situada en una de las regiones más conservadoras de Irán, han tirado al suelo una pared que servía para segregar hombres y mujeres en la cafetería de la facultad, a gritos de "libertad". Una imagen que se ha convertido en un símbolo de estas protestas que, a pesar de la represión de las autoridades, continúan y cada vez son más violentas.

Represión de la policía iraní a los universitarios

Las movilizaciones siguen después de siete semanas de la muerte de la joven Amini. El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, el general Hossein Salami, advirtió el pasado sábado que las protestas se tenían que acabar. "No tenéis que salir más a la calle", dijo el líder del cuerpo de policías dirigiéndose a los estudiantes. Salami también los avisó de que "no tienen que poner a prueba la paciencia del sistema" porque si continúan con las manifestaciones, "no habrá un final feliz". De hecho, las autoridades de Irán hace días que aplican una fuerte represión a las universidades, hasta el punto de expulsar alumnos que participan en las protestas de las facultades y residencias. Según han explicado fuentes universitarias del país a Efe, las últimas horas se han producido numerosas expulsiones a Teherán, así como algunas detenciones. En varios centros universitarios también se han vivido momentos de tensión con las fuerzas de seguridad.

Irán quiere incrementar las restricciones en Internet

Desde el inicio de las protestas, la policía iraní ha tenido muchas dificultades para frenar las movilizaciones. La represión ha causado centenares de muertes, según denuncian algunas ONG internacionales, aunque las autoridades locales no dan cifras oficiales. El gobierno iraní, en un intento de parar este movimiento popular, está aplicando fuertes restricciones a Internet. La última medida que ha anunciado es la criminalización de las VPN. Precisamente, el ministro de Comunicaciones, Isa Zarepou, lamentó que el uso de aplicaciones VPN no fuera un crimen y aseguró que trabaja para que utilizar estas aplicaciones sea penado. Según Zarepou, las VPN "provocan serios daños en los dispositivos, como teléfonos, portátiles y ordenadores, porque facilitan el acceso de los hackers en los teléfonos de las personas" y, como "experto", ha recomendado a los usuarios que no las utilicen.