La guerra en Ucrania ha vuelto a golpear este viernes su sistema eléctrico. La compañía nacional de electricidad Ukrenergo ha anunciado apagones de emergencia en varias zonas del país tras un nuevo ataque ruso contra la retaguardia ucraniana que ha dañado una infraestructura energética clave en la región meridional de Odesa. Según las autoridades ucranianas, los bombardeos han afectado a líneas de suministro y equipamientos esenciales para la distribución de energía en un área ya castigada por anteriores ofensivas. Los daños, según Ukrenergo, obligarán a aplicar cortes rotatorios de luz para estabilizar la red mientras se llevan a cabo las reparaciones.
Civiles heridos y daños en infraestructuras ferroviarias
Además de los ataques en el sur, Rusia ha vuelto a golpear el noreste de Ucrania. En las últimas horas, drones rusos han atacado la ciudad de Sumi, capital de la región homónima, cerca de la frontera con Rusia. La policía ucraniana ha informado de que una quincena de civiles han resultado heridos y de que los proyectiles han provocado daños importantes en infraestructuras ferroviarias y edificios residenciales. Las imágenes difundidas por los servicios de emergencia muestran vagones quemados, ventanas rotas y zonas industriales en llamas.
La compañía pública de ferrocarriles ucraniana, Ukrzaliznytsia, ya había confirmado por la mañana que varias líneas y equipos resultaron afectados tanto en la región de Sumi como en la vecina Járkov, una de las más castigadas desde el inicio de la invasión.
Ataque masivo contra el sistema eléctrico
Los daños de este viernes se añaden al ataque masivo del jueves, cuando Rusia bombardeó varias centrales térmicas e instalaciones de generación eléctrica en diferentes puntos del país. Kyiv denuncia que Moscú busca “colapsar el sistema energético” ucraniano a las puertas del invierno y dejar miles de hogares sin suministro en plena temporada de frío. “Es un intento deliberado de hacer sufrir a la población civil”, afirmó el Ministerio de Energía ucraniano en un comunicado. Ukrenergo ha advertido que el país podría afrontar “semanas complicadas” si los ataques continúan al mismo ritmo.
Riesgo nuclear y alerta internacional
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha confirmado que dos centrales nucleares situadas en el sur y el oeste de Ucrania han dejado temporalmente de recibir suministro eléctrico externo a través de una de las líneas principales, como consecuencia directa de los bombardeos rusos. Aunque el funcionamiento interno de las plantas no se ha visto comprometido, la agencia ha alertado del riesgo potencial que supone la interrupción de estas conexiones en un contexto de guerra. “La pérdida de fuentes externas de electricidad reduce los márgenes de seguridad y pone más presión sobre los sistemas de emergencia”, advirtió el director general del OIEA, Rafael Grossi, que ha reiterado la necesidad de proteger las instalaciones nucleares del país.
Los últimos bombardeos se enmarcan en la escalada de intercambios de ataques de larga distancia entre Kyiv y Moscú, centrados a menudo en objetivos energéticos y logísticos. Ucrania ha intensificado sus propios ataques con drones y misiles sobre territorio ruso, particularmente en la región de Belgorod, mientras que Rusia mantiene una campaña sistemática contra las infraestructuras ucranianas.
Con el invierno a las puertas, las autoridades ucranianas temen que la guerra de la energía, una estrategia que Moscú ya utilizó durante el invierno de 2022–2023, vuelva a poner a prueba la resistencia de la población y la capacidad técnica del país para mantener su red eléctrica operativa. Desde Bruselas, la Unión Europea ha condenado los nuevos ataques y ha reiterado su compromiso de ayudar a Ucrania a reconstruir y proteger su infraestructura energética. Mientras tanto, las sirenas de alarma siguen sonando cada día en Kyiv, Odesa o Járkov, recordando que la guerra –lejos de congelarse– sigue golpeando el corazón de la vida cotidiana ucraniana.
