Donald Trump ya podrá decir la suya en materia de defensa en la cumbre de la OTAN que se celebrará el próximo 25 de mayo en Bruselas. Así lo ha confirmado la Casa Blanca en un comunicado, que también revela que habrá una reunión previa con Jens Stoltenberg, secretario general de la organización, en la misma Casa Blanca el 12 de abril, un mes y medio antes del cara a cara con sus homólogos miembros de la alianza.

El presidente de los Estados Unidos ya ha expuesto en más de una ocasión sus reticencias con el acuerdo de defensa, afirmando que los otros países aportan, proporcionalmente, menos recursos. De esta manera, Trump deja entrever que los otros miembros de la coalición se aprovechan del país norteamericano.

Ante estos hechos, el máximo mandatario asistirá, según recoge el comunicado, para hablar sobre el reparto de responsabilidades y la lucha contra el terrorismo. A pesar de las reticencias de la nueva administración, la Casa Blanca afirma que Trump irá para "reafirmar el compromiso" con la Alianza.

Antes, sin embargo, el presidente norteamericano y el secretario general de la OTAN tendrán una primera conversación en Washington para medir la magnitud de las exigencias que expondrá a los otros miembros en Bruselas.

Trump ha bajado el tono

Durante la campaña presidencial, Trump ya criticó la pobre aportación de los otros miembros, que no supera el 2% del PIB de sus respectivos países, y amenazó con salir de la Coalición. A medida que han avanzado los meses y Trump ha tomado posesión del cargo, su tono se ha moderado y ya no habla de salir del bloque, pero sigue imponiendo condiciones. Estas condiciones se sabrán después de las reuniones que mantendrá próximamente.

Esta será la primera vez que el presidente norteamericano alce su voz en la OTAN, pero representantes de la administración de los Estados Unidos ya lo han hecho a lo largo de estos meses: Stolenberg se reunió esta semana en el Pentágono con Jim Mattis, secretario de Defensa, apuntando a la estabilidad que la Alianza aporta a Europa como una ventaja para los intereses de los Estados Unidos.