La rivalidad entre los Estados Unidos y Rusia por el espacio vuelve a recordar los tiempos más tensos de la Guerra Fría. En plena disputa por liderar el acceso a la órbita, la retirada inesperada del veterano cosmonauta Oleg Artémiev de la misión SpaceX Crew-12 ha desencadenado un nuevo episodio de esta creciente guerra espacial. Según fuentes rusas, el motivo podría ser especialmente delicado, ya que apuntan que Artémiev habría sido sorprendido fotografiando tecnología y archivos sensibles de SpaceX —la empresa aeroespacial líder en EE. UU. y propiedad de Elon Musk— durante el entrenamiento en Estados Unidos, un gesto que ha encendido todas las alarmas por posibles actividades de espionaje. Artémiev no es un astronauta cualquiera, sino que es considerado un héroe, uno de los perfiles más experimentados de la cosmonáutica rusa y diputado en el parlamento de Moscú por el partido de Putin, Rusia Unida. Su retirada, tan próxima al lanzamiento, ha sacudido el sector. Formaba parte de la tripulación de SpaceX para esta misión y se estaba entrenando en la base de Hawthorne para volar con la cápsula Dragon.
Artémiev, con tres misiones en la Estación Espacial Internacional y 560 días acumulados en órbita, tenía que volar el 15 de febrero junto con dos astronautas de la NASA y una de la Agencia Espacial Europea. Pero Roscosmos anunció su retirada del proyecto sin dar explicaciones detalladas, limitándose a afirmar que “se ha tomado esta decisión debido al traslado de Oleg Artémiev a otro lugar”.
En Rusia, sin embargo, los analistas especializados apuntan a un motivo mucho más delicado. Según el conocido experto Gueorgui Trishkin, Artémiev podría haber vulnerado normas estrictas relacionadas con tecnología sensible de SpaceX durante su entrenamiento en California. Trishkin afirma en su canal de Telegram que el cosmonauta “presuntamente violó las restricciones de exportación del ITAR al fotografiar documentación y otros artículos prohibidos relacionados con SpaceX, y al sacar del recinto información no autorizada en su teléfono”.
Otro canal ruso sostiene que Artemiev habría fotografiado motores de SpaceX en la base de Hawthorne, donde se entrenaba para volar en la cápsula Dragon. La sospecha de espionaje, a pesar de no estar confirmada oficialmente, ha generado un fuerte hermetismo tanto en la NASA como en Roscosmos, en un momento de máxima tensión entre las potencias.
Un programa espacial ruso bajo presión
El escándalo llega cuando el programa espacial ruso ya atraviesa dificultades importantes. En el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, la única plataforma disponible para lanzar los modelos más modernos de la Soyuz ha sufrido un accidente que ha dejado la infraestructura dañada. El 27 de noviembre, tras el despegue de la Soyuz MS-28, los restos de una cabina de servicio cayeron en la fosa debido a un mal cierre previo al lanzamiento, provocando su destrucción por las llamas.