El Kremlin ha asegurado este miércoles que Rusia ha desarrollado una "inmunidad" a las sanciones occidentales después de años de vivir bajo medidas restrictivas, y que seguirá observando de cerca las declaraciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en relación con posibles nuevas acciones contra Moscú. Las palabras llegan después de que Trump anunciara el martes que impondría aranceles y otras sanciones contra Rusia en un plazo de diez días si no se detectaba ningún avance concreto hacia el fin de la guerra en Ucrania, que ya hace más de tres años que dura.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha declarado ante los medios que Rusia hace tiempo que convive con un gran número de sanciones y que su economía funciona bajo múltiples restricciones, por lo cual ya ha aprendido a adaptarse. "Vivimos bajo una gran cantidad de sanciones desde hace bastante tiempo. Nuestra economía opera bajo un gran número de limitaciones", ha afirmado. "Por lo tanto, es evidente que ya hemos desarrollado una cierta inmunidad en este sentido".

A pesar de minimizar el impacto de las nuevas amenazas norteamericanas, Peskov ha reconocido que el Kremlin sigue prestando atención a las declaraciones públicas tanto de Trump como de otros dirigentes internacionales con respecto a la política de sanciones. "Seguimos observando todas las declaraciones del presidente Trump y de otros representantes internacionales sobre este tema", ha añadido.

La tensión entre Putin y Trump por Ucrania

Las relaciones entre Washington y Moscú continúan marcadas por una gran tensión, especialmente a raíz de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. A pesar de los intentos diplomáticos intermitentes, la guerra ha entrado en un punto muerto al frente, con pérdidas humanas crecientes y sin perspectivas inmediatas de negociación.

Trump, que ya ha hecho varios comentarios sobre la guerra y sobre su voluntad de revisar el rol de los Estados Unidos en el conflicto, ha adoptado una posición cada vez más dura ante la falta de progresos visibles por parte de Moscú. La amenaza de imponer nuevos aranceles y medidas punitivas se enmarca en este contexto, aunque algunos analistas consideran que su margen de maniobra depende también de la evolución política a los Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales.

Por su parte, Rusia ha ido reformulando su economía para adaptarse al nuevo escenario de sanciones globales, acercándose cada vez más a potencias como China y la India, y reforzando sus vínculos comerciales con países no alineados. Sin embargo, los expertos coinciden en que las sanciones han tenido un impacto real sobre sectores clave de la economía rusa, como la tecnología, la energía y las finanzas.

Con este escenario de fondo, las declaraciones cruzadas entre Trump y el Kremlin reflejan una pugna diplomática de fondo que, de momento, no apunta a ninguna desescalada inmediata del conflicto.

Ucrania acerca posiciones con la Casa Blanca

En paralelo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció el miércoles por la noche que había aprobado los principios clave para futuros acuerdos de armamento a gran escala con los Estados Unidos. Sin entrar en detalles, afirmó que estos acuerdos ya habían sido objeto de conversación con el presidente Donald Trump y que confía poder implementarlos completamente en el futuro.

Zelenski destacó que estos pactos militares reforzarían tanto Ucrania como los Estados Unidos, en un contexto marcado por la prolongación del conflicto y el apoyo internacional clave para la resistencia ucraniana. La declaración forma parte de su discurso habitual en la nación, y refleja la voluntad de Kyiv de consolidar alianzas estratégicas a pesar de la incertidumbre geopolítica.