Las cosas no son fáciles para una Rusia bajo las sanciones. Las pérdidas en el campo de batalla y las sanciones internacionales están haciendo la vida imposible al ejército ruso, que está en declive. A pesar de la situación de desesperación actual, Moscú tendrá todavía potencia para alargar la guerra, según un análisis independiente que cita la CNN.

El informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales aporta cifras destacadas de pérdidas militares rusas: casi 10.000 unidades de equipos clave como tanques, camiones, piezas de artillería o aviones no tripulados, según una estimación.

Rusia se ve obligada a utilizar armas antiguas

Ahora bien, este mismo informe detalla que Rusia podría tener que utilizar armas de la guerra fría e incluso de más antiguas para intentar compensar en número lo que puede haber perdido en tecnología.

"La calidad de las fuerzas armadas rusas en términos de equipos avanzados probablemente caerá, como mínimo, a corto plazo," destaca el informe del CSIS. Señala como las pérdidas rusas de los principales tanques de batalla, especialmente los modernos, han sido graves.

"Se calcula que Moscú perdió entre 1.845 y 3.511 tanques un año después de la guerra", dice el informe y recoge la cadena norteamericana. Y las pérdidas de su tanque de batalla principal T-72B3 más nuevo y mejorado, entregado por primera vez el año 2013, se señalan especialmente perjudiciales. El sitio web de inteligencia de código abierto con sede en Países Bajos, Oryx, dice que tiene evidencia visual de más 500 variantes del T-72B3 destruidas o estropeadas. E incluso abandonados y capturados.

El informe del CSIS destaca el problema al cual se enfrenta Rusia. Ahora tiene que hacer frente a la construcción de nuevos tanques, citando informes de medios rusos. La planta de tanques UralVagonZavod, puede fabricar cerca de 20 tanques por mes. Pero Rusia pierde, por término medio, casi 150 tanques de cualquier tipo en un mes en Ucrania. Además, también exponen que les falta hardware moderno.

En este sentido, la investigación del organismo dice que Moscú tiene que renovar y volver a poner en funcionamiento sus tanques que hace tiempo que duermen en almacenes, que son viejos y antiguos porque simplemente no tiene recursos para construir nuevos. Y las sanciones occidentales le impiden tener piezas y herramientas necesarias para elaborar un tanque moderno.

El impacto de las sanciones

Las sanciones, pues, han cortado el acceso de Rusia a los sistemas ópticos, necesarios para que los artilleros de los tanques escojan los objetivos, según el CSIS. Rusia dependía en este caso de las importaciones francesas. Con estas importaciones cortadas, el Kremlin se ve obligado a colocar miras más antiguas y menos sofisticadas, incluso en los tanques más modernos. Y este hecho se traduce al llegar menos lejos cuando se disparan las armas.

Las sanciones no solo afectan a los tanques. El informe expone que los aviones tripulados y no tripulados, los misiles y los equipos de guerra también necesitan piezas modernas y Rusia no las puede obtener de manera adecuada de empresas internas. Y eso hace que los materiales no sean óptimos. Un hecho que, seguramente, explicaría que las tropas rusas no pudieran adelantar con la rapidez que querrían.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, ofreciendo un discurso / Efe