Ruptura inesperada en el corazón del Partido Republicano. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha roto públicamente con la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, una de sus aliadas más fervientes durante su primer mandato e icono destacado del movimiento Make America Great Again [Que América vuelva a ser grande]. Lo ha hecho a través de un mensaje contundente en su plataforma Truth Social, donde la ha tildado de “lunática” y “loca” por no parar de “quejarse, quejarse y quejarse”. Aunque Trump evita hacer ninguna referencia directa a los documentos del caso Epstein, fuentes cercanas al Despacho Oval aseguran a la prensa estadounidense que la ruptura se explica por el posicionamiento de Greene, que exige la publicación completa de los archivos sobre la red de tráfico sexual del financiero fallecido en 2019, los cuales podrían incluir presuntos vínculos con el presidente. En la publicación, Trump justifica su distanciamiento mencionando una encuesta interna encargada por Greene para evaluar sus opciones de ser gobernadora o senadora de Georgia, donde el apoyo a la congresista se habría desplomado.

En un ataque sin precedentes contra una de sus aliadas tradicionalmente más leales, Trump ha cargado contra Greene por su supuesto afán de protagonismo y por haber traicionado —según él— los principios del Partido Republicano. “Tenía una intención de voto del 12% y no tenía la más mínima oportunidad a menos que, por supuesto, recibiera mi apoyo, y no lo tendrá”, ha dicho Trump. El presidente ha afirmado que la congresista “parece estar molesta” porque no le coge las llamadas y ha dejado claro que tiene otras prioridades. “No puedo escuchar cada día lo que quiera maldecir una lunática”, ha sentenciado. Además, ha insinuado que Greene ha coqueteado con “la izquierda radical” y ha revelado que varios republicanos conservadores de Georgia estarían planteándose desafiarla en las primarias. A todos ellos, Trump les ha garantizado su apoyocompleto e inquebrantable”.

Cuando Trump habla del coqueteo con la “izquierda radical” hace referencia, entre otras cosas, al posicionamiento de Greene respecto a la situación en la Franja de Gaza. El pasado mes de agosto, la republicana tildó lo ocurrido en el enclave palestino de “genocidio”, dejando entrever que, incluso dentro del universo conservador más fiel al magnate republicano, crecían las voces críticas con la ofensiva israelí. La congresista llegó a criticar duramente a su compañero de partido Randy Fine por haber afirmado que los habitantes de Gaza deberíanmorir de hambre” hasta que Hamás no liberara a los rehenes israelíes. Este choque ilustró el giro radical de Greene en relación con el conflicto. Si bien había sido una defensora incondicional de Israel —hasta el punto de liderar una resolución en 2023 para censurar a la congresista demócrata Rashida Tlaib por sus mensajes propalestinos—, hace tres meses se erigió en una de las voces republicanas que expresaban más indignación por la crisis humanitaria en el enclave.

Trump saluda Greene a la Casa Blanca el juny del 2025 / Europa Press
Trump saluda a Greene en la Casa Blanca en junio de 2025 / Europa Press

Archivos de Epstein: punto de discordia

Volviendo a los hechos de este sábado, la respuesta de Greene no se ha hecho esperar. A través de un hilo contundente en la red social X, la congresista ha apuntado directamente hacia los archivos de Epstein como el verdadero motivo de la ruptura con Trump. “Está enfurecido y me está atacando para asustar al resto de republicanos antes de la votación de la semana que viene sobre la publicación de los archivos”, ha asegurado. Greene ha afirmado que el presidenteha mentido” sobre las llamadas y ha denunciado “el afán” que pone en evitar que se hagan públicos los documentos de la red de abusos sexuales. La congresista, muy vinculada al voto evangélico, ha remarcado que no idolatra a nadie más que a Dios, y ha concluido: “Sigo siendo la misma persona de siempre y continuaré rezando para que esta administración tenga éxito”.