Ahmad Vahidi, de 67 años, es el nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, nombrado por el líder supremo Alí Jamenei después de las graves bajas causadas por los bombardeos israelíes, que han puesto fin a la vida de su antecesor, Hossein Salami, y otras figuras clave del régimen. Vahidi no es un desconocido dentro del aparato militar iraní: es uno de los fundadores de la fuerza de élite Quds, especializada en operaciones fuera del país, y al mismo tiempo una de las figuras más experimentadas dentro de la estructura de poder de Teherán. A pesar de estar incluido en varias listas negras internacionales, dentro de Irán su trayectoria militar ha sido ampliamente reconocida y condecorada, hasta convertirse ahora en el máximo mando de los Guardianes de la Revolución.
Vahidi nació en junio de 1958 con el nombre de Ahmad Shah Cheraghi. Durante la Revolución Islámica de 1979, estudiaba ingeniería electrónica en la Universidad de Shiraz, hasta que se incorporó a la Guardia Revolucionaria. Anteriormente, ha estado comandante de este mismo organismo y ministro del Interior bajo la presidencia de Ebrahim Raisi, muerto en marzo del 2024 en un accidente de helicóptero. También ha ejercido como ministro de Defensa durante el mandato de Mahmud Ahmadinejad y, más recientemente, ha sido miembro del Consejo de Interés del Régimen, al frente de su comisión política, de defensa y de seguridad. Asimismo, cuando se fundó la fuerza Quds en 1988, Vahidi fue el primer comandante.
A lo largo de su trayectoria, Vahidi ha sido directamente vinculado a la creación y consolidación de algunas de las unidades más polémicas y activas de la Guardia Revolucionaria en operaciones fuera de las fronteras iraníes. Según el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, Vahidi ha impulsado varios destacamentos militares específicamente diseñados para coordinar y ejecutar actividades de naturaleza terrorista. Entre estos se incluye el destacamento Ramadan, que opera como infraestructura para las operaciones externas de la Guardia Revolucionaria; el destacamento Bilal, encargado de la dirección de ataques internacionales; y el destacamento Al-Ansar, que tiene por misión expandir la actividad terrorista a los países vecinos y que, según el mismo informe, fue responsable de un ataque contra la sede de la oposición iraní al Pakistán el año 1987. Estas estructuras, todas ellas creadas bajo la supervisión directa o indirecta de Vahidi, son consideradas claves en la estrategia exterior del régimen.
Un asesino en Argentina
Más allá de su rol en la consolidación de la estructura militar exterior del régimen iraní, el nombre de Ahmad Vahidi también está vinculado a uno de los atentados más sangrantes de la historia reciente de América Latina. La justicia argentina lo considera uno de los principales responsables del ataque con bomba contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), perpetrado en 1994 en Buenos Aires y que causó 85 muertos y centenares de heridos. El año 2007, la Interpol emitió una alerta roja internacional para su detención, a raíz de la orden judicial argentina que lo señala por "haber concebido, planificado, financiado y ejecutado" aquel atentado terrorista.
Vahidi vuelve ahora a la cúpula de la Guardia Revolucionaria con una trayectoria larga y profundamente ligada a la estructura de poder del régimen iraní. Ha sido el mismo Jamenei quien ha nombrado a Vahidi como nuevo ninguno de los Guardianes de la Revolución, mientras que Habibollah Sayyari ha sido designado ningún interino de las Fuerzas Armadas del país, en el marco de días de reestructuración en la cúpula de poder.