La muerte del presidente ultraconservador de Irán Ebrahim Raisi abre un interrogante con respecto a la sucesión en el mismo país, pero también tiene una afectación importante en la geopolítica internacional, con el conflicto abierto en la Guerra de Gaza, entre Israel y Hamás, donde Irán tuvo un papel relevante actuando en la sombra de los terroristas palestinos y de Hizbulá, hasta que se involucró directamente el pasado mes de abril cuando se produjo una escalada del conflicto en el Oriente Medio. El enfrentamiento directo entre Irán e Israel empezó con el bombardeo israelí sobre el consulado iraní en Damasco, continuó con la respuesta iraní con un ataque a territorio judío con un centenar de drones explosivos, y tuvo la contrarréplica israelí con otro ataque controlado con misiles a la provincia de Isfahan.

Según el artículo 131 de la constitución de la República Islámica, si un presidente muere en el ejercicio de su cargo, lo sucederá provisionalmente el primer vicepresidente, que en este caso es Mohammad Mokhber, que tiene que tomar el control del régimen con el visto bueno del líder supremo, el ayatolá Alí Jameini, quien ha asegurado que la continuidad institucional está garantizada. Mokhber asume los poderes y responsabilidades de la presidencia hasta que se convoquen elecciones. Un consejo formado por el presidente del Parlamento, el jefe del Poder Judicial y el primer vicepresidente tienen que tomar las medidas pertinentes para convocar elecciones para designar a un nuevo presidente en el periodo máximo de 50 días. El presidente en funciones de Irán, Mohammad Mokhber, ha celebrado este lunes una "reunión extraordinaria" con los jefes de los poderes legislativo y judicial después del anuncio de la muerte del presidente Ebrahim Raisi, según medios estatales iraníes. Mokhber habló con el presidente del Parlamento iraní, Mohammad Bagher Ghalibaf, y con Hujjat al-Islam Gholam-Hossein Mohseni-Eje'i, jefe del Poder Judicial de Irán, según la agencia semioficial iraní Tasnim News. Los tres expresaron su pésame y reafirmaron que los tres poderes del Estado continuarán con sus obligaciones hacia la nación "sin ninguna interrupción", ha informado Tasnim.

Enfrentamientos internos

La muerte de Raisi se produce en un momento especialmente convulso, no solo por los enfrentamientos externos y los frentes abiertos contra Israel y los Estados Unidos, sino también porque el presidente muerto era el principal candidato en la guerra sucesoria por el liderazgo del régimen teocrático nacido en 1979. El ayatolá Alí Jameini tiene 85 años, y Rais, que tenía 63 años y un futuro político en frente, se postulaba como posible sucesor para ocupar la posición de líder supremo, tanto por su perfil religioso como para ser el candidato del ala más dura. Ahora, esta facción se ha quedado sin su principal candidato para suceder a Jameini, aaunque puede ganar peso como próximo líder supremo el hijo de Jameini, Mojtaba, que también había salido entre los posibles candidatos, pero cuenta con el handicap que los líderes de la revolución islámica cielo 79 rechazaron cualquier sistema que se pareciera a un gobierno heredado.En cualquier caso,  habrá que ver si eso lo aprovecha la facción menos conservadora. Muchos ciudadanos iraníes contrarios al régimen han celebrado con fuegos artificiales la muerte de Raisi, incluso antes de que esta se confirmara este lunes, y también se ha celebrado en países enfrentados al régimen iraní.

La línea dura de Irán resistió una explosión de disidencia popular en las calles del país, que se vio convulsionado por manifestaciones lideradas por jóvenes contra el gobierno islámico y el empeoramiento de las condiciones de vida después de la muerte en 2022 de Masha Amini bajo custodia de la policía moral de Irán. Un informe de las Naciones Unidas publicado el pasado marzo constató violaciones de los derechos humanos y "crímenes contra la humanidad", pero la represión hizo callar las protestas.

El negociador con Estados Unidos, ministro exterior en funciones

En cuanto a la política exterior, además de Raisi también ha perdido la vida al ministro de Asuntos exteriores, Amir Abdolahian. La muerte de los dos políticos del ala más dura coincide con un momento muy tenso en el Oriente Medio, con la guerra de Gaza, los enfrentamientos directos que mantuvieron Irán e Israel después de décadas del régimen islámico, actuando en la sombra, a través de sus proxys de Hezbolla y Hamás. El sustituto en funciones del ministro de exteriores será Ali Bagheri Kani, que ha encabezado delegaciones iraníes a través de negociaciones indirectas con los Estados Unidos sobre cuestiones nucleares e intercambios de prisioneros. Kani ha sido elegido ministro de Asuntos Exteriores en funciones después de la muerte de Hossein Amir-Abdollahian, una de las nueve personas que murieron en un accidente de helicóptero. "Después del martirio de Hussein Amir Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de nuestro país, con la aprobación del Consejo de Gabinete, Ali Bagheri, viceministro de Asuntos Exteriores, Kani ha sido nombrado ministro interino del ministerio", informó la agencia estatal de noticias IRNA.

Ahora habrá que ver qué consecuencias tiene la muerte de Raisi con las relaciones de Irán con el resto de la región, tanto con los grupos proxy que apoya, y que están luchando directamente con Israel, como con los países del Golfo, como países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes o Qatar, con los que Raisi supervisó una política de mayor acercamiento y que, según los analistas, es probable que continúe, aunque habrá que ver cuáles son las prioridades del nuevo líder.