Miles de rusos se han congregado ante la iglesia moscovita, donde este viernes tiene lugar el despido del líder opositor Alekséi Navalni, muerto hace dos semanas en una prisión ártica en circunstancias no aclaradas. Entre los moscovitas que han acudido a dar el último adiós a Navalni, desafiando las advertencias de las autoridades, se puede ver a personas de todas las edades, algunas de las cuales sostienen claveles y rosas rojas y blancas en las manos. Cuando se ha acabado la ceremonia, el Arzobispado de la Madre de Dios en Moscú, el féretro ha sido trasladado hasta el cementerio de Borisov, para enterrarlo. Durante este momento, centenares de personas que estaban fuera de la iglesia han gritado el nombre de "Navalni" y algunos se han atrevido, incluso, a gritar "Putin es un asesino".

Varias personas se han acercado también a la madre de Navalni para darle apoyo y para agradecerle la tarea de su hijo.