El grupo Wagner, muy presente durante la guerra de Ucrania, y especialmente en el Donbás, ha dicho que Rusia podría tardar dos años a hacerse completamente con todo el este del país. Lo ha dicho en una extraña entrevista, que recoge Reuters, donde sugiere que figuras clave de Moscú, sin especificar, estarían preparando un conflicto prolongado. Yevgeny Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios y que ha resurgido para convertirse en una figura clave en esta guerra, ha expuesto que Rusia está enfocada ahora al capturar toda la región del Donbás, que no ha podido ocupar todavía de manera completa desde el inicio de la guerra desde hace casi un año. Y es que el Kremlin no pensó nunca que Ucrania pudiera ofrecer tantísima resistencia.

Tomar todo el Donbás comportaría "cerca de un año y medio o dos años de trabajo", ha dicho el aliado del presidente ruso, Vladímir Putin. Si el objetivo era ocupar toda Ucrania en el este del río Dniéper, eso "comportaría unos tres años", ha expuesto.

Un ataque ruso inminente a Ucrania

Las autoridades ucranianas esperan un ataque ruso inminente. Probablemente, todo hace pensar que, podría producirse antes del aniversario del inicio de la guerra, justo el 24 de febrero. Aunque no se ve probable un nuevo ataque para intentar capturar la capital, después del fracaso del año pasado.

Un escenario que coge cada vez más números, sobre todo con los comentarios de Prigozhin, vería a las tropas rusas intentando rodear al ejército oriental de Ucrania desde el norte y el sur, con columnas de tanques atravesando la frontera internacional en dirección a Sumy y Poltava, y avanzando simultáneamente desde la región del sur de Zaporiyia.

Por otra parte, Ucrania hace días que avisa. "Las batallas por la región se están intensificando", ha dicho Pavlo Kyrylenko, gobernador de Donetsk, en declaraciones en la televisión. "Los rusos están poniendo en marcha nuevas unidades a la batalla y erradicando pueblos y municipios". Las tropas rusas están ubicadas en la región de Donetsk, que junto con la vecina Lugansk forman la región del Donbás.

Precisamente en Lugansk, el gobernador Serhiy Haidai, ha dicho que los bombardeos habían disminuido porque "los rusos han estado ahorrando municiones para una ofensiva a gran escala". Hablando con el medio de noticias Vot Tak, ha dicho que "cada vez más" reservistas rusos se dirigían hacia Lugansk, después de que los informes de Moscú aseguraban que estaban acumulando tanques y personal en la región de Lugansk en los últimos meses. "Probablemente, necesitan unos 10 días con el fin de reunir las reservas", ha expuesto el mismo Haidai. Por lo tanto, todo podría comportar que estuvieran preparando una ofensiva durante la segunda quincena de febrero o hacerla coincidir por el aniversario de los 365 días de guerra en Ucrania.

Los últimos ataques rusos a Ucrania

El viernes, el Kremlin puso en marcha nuevos ataques a Ucrania. De hecho, se calcula que podría haber tirado hasta 100 misiles. Además de ser una clara advertencia para Zelenski y el tour de las últimas horas por Europa, el objetivo de Rusia ha sido probar las defensas del país y provocar intimidación. Así lo explicaba el portavoz ucraniano Iuri Ihnat, el Kremlin parecería estar realizando un "ataque de reconocimiento" antes de una posible gran ofensiva. Los gobiernos occidentales esperan que Vladímir Putin ponga en marcha una ofensiva antes de acabar el mes, haciéndolo coincidir con el aniversario el día 24 de febrero de la invasión a gran escala.

¿Qué es el grupo Wagner?

Prigozhin fundó el grupo Wagner, una empresa militar privada, el año 2014, pero no lo admitió hasta el mes de septiembre pasado. También conocido como el "chef de Putin" Prigozhin tiene un negocio de catering que organiza cenas a las cuales asiste el presidente ruso.

Wagner opera como un rival sancionado por el Kremlin por el Ministerio de Defensa de Rusia y se le ha asignado la responsabilidad de capturar la ciudad del Donbás, Bakhmut, una batalla que ya ha costado miles de vidas durante varios meses.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión en Moscú / Efe