Las protestas contra las políticas de covid cero impuestas por el gobierno Chino se han extendido este fin de semana por todo el país. Estas protestas, que empezaron después de la muerte de 10 personas en un incendio de un edificio aparentemente confinado en la ciudad de Urumqi, una "pequeña" ciudad de casi cuatro millones de habitantes, han llegado ya a metrópolis tan importantes como Pekín o Shangai, entre muchas otras ciudades de todo el país oriental. Las protestas en contra del gobierno y de las políticas Covid Cero no son habituales en China, aunque parece que ahora, después de la muerte de 10 personas, en algunos rincones se empiezan a despertar algunas voces disidentes. En las protestas que se han iniciado en Urumqi, los manifestantes muestran una hoja en blanco. De esta manera, como ya se ha visto anteriormente en Rusia en protestas contra la guerra, los manifestantes utilizan una pancarta en blanco para protestar, sin ningún mensaje escrito.

Según vídeos y testimonios que circulan por las redes sociales, las muestras de indignación que se derramaron por toda internet, a pesar del estricto censura del gobierno chino en la red, el viernes se transformaron ayer en vísperas en recuerdo de las víctimas, que, según indicaron algunos testimonios, pasaron los últimos 100 días de sus vidas recluidos en sus domicilios a causa de las estrictas políticas de Covid Cero que desde hace casi tres años impone al ejecutivo de Xi Jinping. Mientras la prensa oficial no se hace eco de los incidentes, algunas grabaciones muestran cómo decenas de personas arrancaban ayer las vallas metàliques con las cuales las autoridades y fuerzas de segueretat cierran las urbanizaciones confinadas en el vasto complejo residencial de Tiantongyuan, en el norte de Pekín, calificado a veces por los medios chinos como el mayor de Asia, con unos 700.000 residentes.

La capital china, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta ahora sus niveles más altos de contagios: según el último parto oficial, este sábado fueron detectados más de 4.300 nuevos casos, de los cuales el 82% son asintomáticos segundos los estándares de las autoridades sanitarias. Estas cifras, bajas para los estándares internacionales, pero intolerables para las autoridades chinas, se han traducido en restricciones y confinamientos que afectan buena parte de la población de la capital, tal como ya ha sucedido este año en otras partes del país, como la citada ciudad de Urumqi o la megalópolis oriental de Shanghái, que vivió este año un duro confinamiento que llegó a prolongarse durante más de dos meses en algunas zonas.

Precisamente en esta ciudad del nordeste de China, y precisamente en la calle Urumqi, que lleva el nombre de la misma ciudad, centenares de personas se congregaron la última noche para celebrar una víspera en recuerdo de los muertos en el incendio. El acto transcurrió de manera pacífica, según los testigos|testimonios que se pueden encontrar en las redes, sin embargo, algunos afirman que se produjeron detenciones. Las grabaciones muestran a grupos de manifestantes cantando "los que os negáis a ser esclavos, alzaos", una estrofa del himno nacional chino, o el himno "La Internacional", gritando, "queremos libertad, no queremos hacernos pruebas PCR" o "que los carden a los códigos QR", en referencia a la obligación de escanear con una aplicación móvil los códigos QR sanitarios en la entrada de cualquier establecimiento o incluso en parques para que, cuando las autoridades detectan un contagio, puedan determinar quién ha tenido contacto con esta persona a cada momento.

En un momento de la noche, un grupo de personas llegó a llamar "abajo al Partido Comunista, abajo Xi Jinping", una poco habitual muestra pública de desaprobación sobre las políticas del líder del país. Según el portal especializado What's On Weibo, numerosos comentaristas en la red social Weibo -equivalente local de Twitter, censurado en el país asiático- mostraron soporte a la víspera, sin embargo, sobre todo, pidieron a los participantes que se protegieran, antes de que los censores de la plataforma prohibieran comentar la etiqueta que se servía para hablar del tema. Desde hace meses, pero cada vez con más frecuencia, la juventud china está buscando la manera de poder compartir información contraria en la de las noticias oficiales, pero resulta complicado, ya que el gobierno chino tiene un mecanismo de censura de internet muy extenso. Sin embargo, los usuarios se las ingenian para poder compartir mensajes de protesta en redes como Weibo.

Protestas en las universidades

Las protestas no solo han transcurrido en las calles, ya que según indica un portal chino, en una universidad de la ciudad oriental de Nanjing, numerosos estudiantes se reunieron anoche en el campus y encendieron las linternas de sus teléfonos móviles como homenaje por los muertos a Urumqi. Mientras tanto, en otra universidad, en este caso en Xi'an (en el centro del país), ciudad que también ha experimentado duros confinamientos, un grupo de estudiantes salieron a las calles del campus para mostrar su descontento por los cierres anticovid, que también han supuesto un importante lastre para la economía nacional.