Nueva jornada de protestas en Francia. Este sábado por la mañana se han podido volver a ver cargas policiales y el lanzamiento de gases lacrimógenos en las calles del centro de París, en una nueva protesta de los chalecos amarillos. También la policía francesa ha realizado medio millar de detenciones de forma preventiva en grupos susceptibles de protagonizar actos violentos.

Además, de forma preventiva, las zonas más sensibles de París por ser los puntos de concentración de los chalecos amarillos, como el barrio de los Campos Elíseos y las plazas de la República y de la Bastilla, han sido cortadas al tráfico desde primera hora de la mañana y los comercios están cerrados.

No han abierto los grandes museos, ni los grandes almacenes, ni muchos mercados y establecimientos públicos, ni edificios emblemáticos como la Torre Eiffel o la catedral de Nôtre Dame y el Panteón. Además, muchos teatros han suspendido sus espectáculos por miedo a grandes disturbios.

En una comparecencia, el primer ministro francés, Édouard Philippe, ha explicado que ya han hecho 481 detenciones y que tienen 211 personas bajo custodia policial para evitar que la violencia de los últimos días se repita durante las protestas de los chalecos amarillos previstos para este sábado.

Se trata de un "dispositivo excepcional a fin de que el día pueda transcurrir en las mejores condiciones posibles", ha detallado en declaraciones a los medios. Concretamente se han desplegado 89.000 policías, 8.000 de ellos en Paris, para evitar que se puedan repetir actos violentos como el del pasado 1 de diciembre en la capital francesa.

El gobierno francés ha anunciado esta semana una moratoria de seis meses en el aumento de los impuestos de los carburantes para intentar apaciguar los ánimos de los manifestantes, que se quejan por la pérdida de poder adquisitivo. Para los chalecos amarillos, sin embargo, la medida no es suficiente y han mantenido las protestas convocadas.