Javier Milei empieza a probar el sabor de la oposición. Aún no hace tres semanas que llegó a la Casa Rosada y el ultraliberal ya se ha visto golpeado por el rechazo que genera entre amplios sectores de la sociedad. El nuevo presidente de Argentina ha tenido que hacer frente a varias acciones de protesta y manifestaciones que han agitado el país en este corto margen de tiempo. Y ahora, el principal sindicato del país ha decidido subir la apuesta: la Confederación General del Trabajo (CGT) ha convocado este jueves una huelga general para el próximo 24 de enero en oposición a las recientes medidas del nuevo gobierno. La acción empezará a las 12 horas del mediodía y se alargará hasta la medianoche. Además de un paro laboral, también habrá una movilización que espera reunir centenares de miles de manifestantes hasta las puertas del Congreso nacional.

La medida extrema se ha convocado en respuesta a la multitud de iniciativas económicas ultraliberales que ha impulsado Javier Milei desde su llegada a la presidencia. Ahora hace una semana, el mandatario anunció una reforma de más de 300 normas legislativas en un solo decreto de gobierno para desregular la economía argentina. Dentro del paquete —conocido con el nombre de DNU, las siglas de 'decreto de necesidad y urgencia' — se incluye la privatización de empresas públicas, la flexibilización del mercado laboral, la derogación de la ley de alquileres, el permiso de vender tierras argentinas a inversores extranjeros y la posibilidad de que los clubs de fútbol se conviertan en sociedades anónimas. También ha influido en la convocatoria de la huelga la decisión de Milei de no renovar los contratos de unos 7.000 funcionarios públicos, con la intención de reducir los gastos estatales.

Curiosamente, a la vez que la CGT ha anunciado la decisión de ir a la huelga general, el gobierno de Milei ha presentado hoy al Congreso una iniciativa legislativa conocida popularmente con el nombre de Ley Ómnibus, por su extensión y variedad de temas. Este segundo macropaquete de medidas, en qué se abordan cuestiones que no son competencia del DNU, incluye la declaración del estado de emergencia pública y económica durante dos años, otorga al presidente amplias facultades extraordinarias y, en definitiva, altera completamente la estructura política, social y económica del país.

A la espera del resto de sindicatos

La huelga general ha sido acordada después de una reunión interna de la dirección de la CGT —sindicato de tendencia peronista—, en la que han participado todos los sectores gremiales, desde los más dialogantes a los más belicistas. La decisión ha sorprendido a más de uno, porque antes de iniciarse el encuentro, Pablo Moyano, uno de los líderes sindicales, había asegurado que no tenía sentido convocar la huelga en periodo de vacaciones de verano. Finalmente, sin embargo, la dirección ha decidido forzar que la política "actúe a favor de los trabajadores y de la sociedad civil, que es por donde pasa el 100% del ajuste", según han señalado fuentes de la CGT. Esta será la primera huelga general convocada por el principal sindicato argentino desde 2019, cuando todavía gobernaba al derechista Mauricio Macri. Está por ver si el resto de centrales obreras del país se sumarán al paro de la actividad, si bien la CGT ya tiene previstas reuniones para articular medidas conjuntas.

La convocatoria también será de extremo interés por el hecho de que Javier Milei está intentando impulsar una medida para endurecer las sanciones contra la protesta social. El ultraliberal pretende que cualquier "congregación intencional y temporal de tres o más personas" se considere una manifestación que pueda castigarse con hasta seis años de prisión si impidiera la libre circulación y la provisión de servicios públicos. La nueva ministra de Seguridad, Patricia Bullrich —que fue la candidata de la derecha tradicional a las elecciones generales antes de sumarse al gabinete de Milei—, anunció hace un par de semanas el nuevo protocolo. "Las calles no se toman. Que sepan que si toman las calles, habrá consecuencias", advirtió en una conferencia de prensa. Ayer, los sindicatos ya hicieron una declaración de intenciones con una multitudinaria protesta en el centro de Buenos Aires que reunió a más de 20.000 personas, y que acabó con seis detenidos.