Las portadas de los diarios de papel resisten hoy por las fotografías. Nos sabemos los textos, que no son ni noticia —sin novedad ni primicia en los titulares. Las imágenes, sin embargo, no se gastan. Son un fuego que nunca se apaga, un frío que siempre hiere la conciencia, cada vez que las vemos. Hemos visto la escena del padre que despide a los hijos poniendo la mano sobre la ventanilla del tren, del autobús, del coche. La hemos visto en Líbano, en Kosovo, en Guatemala... En 1982, en 1994, en 2019. Las fotografías, en su inmovilidad, toman un relieve especial, saltan del papel al alma como un gato a la cara, arañando el sentimiento y la razón, por mucho que cueste pensar en términos racionales la guerra de Putin. Las imágenes fijas tienen misterio y potencia. Convocan al mismo tiempo la imaginación que proyecta la escena hacia adelante y la memoria que la hace retroceder en el tiempo. Las fotos explican de qué se trata aquel instante decisivo —cómo es de profunda la agresión que la autócrata ruso ha infligido a la gente, en el mundo— pero también revelan el trasfondo y el horizonte. Es fácil que te veas representado. Podrías ser tú. De hecho, te preguntas si lo serás. La crítica fácil dirá que no lloramos igual ni nos conmueven de la misma manera las víctimas del Yemen, los rohinyá de Myanmar o los migrantes de Centroamérica. No... y sí, qué se le va a hacer. Seguramente en Oriente Próximo, en el sureste asiático en Centroamérica... las víctimas de la invasión de Ucrania causan un dolor diferente, más remoto y difuso, que las vecinas. Así es la condición humana: siempre local y siempre en estado viajero, sujeta al vaivén de situaciones diferentes, exigencias nuevas, desafíos desiguales. Tú lo juzgarás cómo quieras, pero la fotografía del padre que despide al hijo en el tren que han elegido Ara y ABC es hoy la más potente del día. Si antes o después te fijas en la de los edificios devastados por las bombas que publica El País, seguro que llegas fácil a la conclusión: es la calamidad que espera al padre y la catástrofe de la que se libra el hijo. La guerra de Putin es esto.

Ara

ABC

El País

La Vanguardia

El Periódico

El Mundo

El Punt Avui

La Razón