Israel está rodeado de enemigos y la defensa de su territorio y de sus ciudadanos es un pilar de la existencia del estado hebreo. Por eso, el cielo de Israel se tiene que proteger contra el lanzamiento de los misiles y drones que pueden lanzar estos enemigos, como es ahora el caso de Irán, o como fueron los que lanzó Hamás al ataque del 7 de octubre. De acuerdo con esta necesidad existencial, Israel desarrolló uno de los sistemas de defensa aérea más sofisticados del mundo, formado por diferentes tipos de misiles interceptores, en función de donde vengan los misiles del enemigo y la distancia que recorren. Los misiles de larga distancia se neutralizan con el sistema Arrow, mientras que los de corto alcance chocan con la famosa Cúpula de Hierro (Iron Dome), aunque este es el nombre genérico con el cual se ha acabado conociendo al sistema de defensa aérea de Israel. Este sistema de defensa ha mantenido históricamente una tasa de efectividad próxima al 90%, pero actualmente enfrenta el desafío de interceptar los misiles que Teherán está lanzando en diferentes oleadas y de manera masiva desde que Israel empezó su ofensiva el pasado 9 de junio, y la realidad está constatando que el rendimiento de la Cúpula de Hierro se ha reducido y los misiles balísticos están impactando en las ciudades israelíes, y ya han causado 24 muertos y más de 500 heridos desde que empezó el conflicto.

Reservas limitadas de interceptores

¿Sin embargo, qué explica esta reducción del rendimiento de los sistemas de defensa aérea israelí? Hay varias causas y una de ellas es que Israel se está quedando sin misiles interceptores defensivos Arrow, según informó este miércoles a The Wall Street Journal, citando a un funcionario anónimo norteamericano. Según la información, la escasez de este tipo de misiles ha generado preocupaciones sobre la capacidad del país para seguir contrarrestando los misiles balísticos de largo alcance de Irán. Estados Unidos, según el Journal, sabe de la escasez de interceptores Arrow desde hace meses y ha estado trabajando para reforzar las defensas aéreas de Israel en consecuencia. Pero estas reservas también son limitadas. Después de haber enviado muchos en Israel, "ahora existe la preocupación que Estados Unidos también esté agotando los interceptores", afirma el rotativo. Otro medio reconocido, el Washington Post, también informó citando una fuente informada sobre la inteligencia norteamericana e israelí, de que "según algunas evaluaciones", Israel puede mantener su defensa aérea durante de 10 a 12 días al ritmo actual de ataques iraníes, antes de requerir que los Estados Unidos reponga sus existencias o se involucre más en la guerra. Esta fuente dijo que "el sistema ya está desbordado" y que Israel tendrá que acabar escogiendo "lo que quiere interceptar".

Más de 370 misiles lanzados por Irán

Las causas de esta escasez significativa de misiles interceptores Arrow que son cruciales para la defensa contra misiles balísticos de largo alcance, se explican por el consumo acelerado desde el inicio de la escalada. Israel ha tenido que utilizar gran cantidad de Arrows para neutralizar los más de 370 misiles y centenares de drones suicidas de última generación lanzados por Irán. Los ataques masivos y simultáneos han provocado esta saturación del sistema que ahora preocupa, ya que compromete la capacidad de Israel para defenderse. Cuando la cantidad de amenazas supera la capacidad de respuesta simultánea del sistema, su efectividad disminuye notablemente.

Objetivos más sofisticados y errores técnicos

Pero también se han detectado otras razones. Los misiles y drones lanzados por Irán son más sofisticados y difíciles de interceptar que los cohetes de corto alcance usados en conflictos anteriores, lo cual reduce la eficacia de los sistemas defensivos tradicionales de Israel. Además, se han registrado fallos técnicos documentados, como interceptores que cambian de trayectoria y se caen sin conseguir su objetivo, exponiendo vulnerabilidades tecnológicas.

¿Cómo funciona el sistema Hetz-Arrow?

El sistema de defensa aérea de Israel está formado por diferentes sistemas, o capas (Arrow 2 y Arrow 3), en función de donde vengan los misiles y la distancia que recorren. El sistema Hetz-Arrow (Hetz en hebreo, significa flecha), desarrollado por Israel, se basa en una tecnología que es producto de la colaboración entre Tel Aviv y Washington, a través de la empresa israelí Aerospace Industries (IAI) y el apoyo de la compañía norteamericana Boeing. El resultado de esta asociación es el desarrollo de una tecnología muy avanzada que ha permitido crear sistemas con el fin de afrontar diferentes amenazas, desde misiles de corto alcance hasta misiles balísticos, de crucero e intercontinentales. El Arrow 3 es el más avanzado y puede interceptar y destruir los misiles lanzados a gran distancia, incluso fuera de la atmósfera, además de 500 kilómetros de altitud, cosa que reduce el riesgo de daños colaterales sobre áreas pobladas. Por eso, puede neutralizar misiles con armas químicas, nucleares o biológicas antes no entren a la atmósfera. El Arrow 2, por su parte, permite interceptar misiles dentro de la atmósfera terrestre, que son los misiles balísticos más habituales que envía Irán.

El sistema Hetz-Arrow dispone de radares|avanzados que detectan los misiles, siguen la trayectoria e identifican las amenazas a grandes distancias. Cuando se detecta el misil enemigo, se tira un misil Arrow 3 a través de un potente tanque de propulsión, que lo impulsa a gran velocidad y le permite interceptar el misil enemigo a grandes distancias. Una vez alcanzada la altura por encima de la atmósfera, se desprende de las ojivas y después rastrea los objetivos para derribarlos.