El bloque gubernamental de partidos de centroizquierda ha revalidado este lunes su victoria en las elecciones legislativas de Noruega, aunque con menos apoyo que en los anteriores comicios de 2021 y ante un gran avance del partido de derecha ultra Partido del Progreso (FRP). Con el 99% de los votos escrutados, la suma de partidos socialdemócratas ha obtenido el 49,3% del total de los sufragios, frente al 46,4% que suman las derechas. Traducido en escaños, esto supone 89 a 80. Sin embargo, esto supone un importante recorte de distancias si se tiene en cuenta que en la anterior legislatura las izquierdas sumaban 30 escaños más que las derechas.

En concreto, la fuerza más votada ha sido el Partido Laborista  que lidera el primer ministro, Jonas Gahr Støre (Oslo, 1960), con un 28,2% de los votos —lo que supone una ligera subida de dos puntos porcentuales con respecto a las anteriores elecciones—. El resultado final ha sido sorpresivo, dado que los sondeos de hace poco más de medio año auguraban un panorama desolador para el partido principal del gobierno noruego. Uno de los puntos de inflexión que dio una sacudida necesaria al Gobierno del país y relanzó sus perspectivas electorales fue la repesca del ex primer ministro y ex secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, que fue nombrado como ministro de Finanzas.

Durante la campaña, el primer ministro Jonas Gahr Støre ha insistido en su deseo de gobernar en minoría y en solitario, como hizo los últimos meses tras la ruptura de la coalición con el Partido Centrista, buscando apoyos de estos y de la izquierda socialista. Pero ahora le hará falta alcanzar acuerdos con las otras dos fuerzas del bloque, tanto Los Verdes como el Partido Rojo (Rødt) —de izquierda radical, surgida de antiguos partidos comunistas—, con las que mantiene desacuerdos en temas como el futuro de la explotación petrolera o la política fiscal.

"Nos habíamos puesto un objetivo, ganar las elecciones y que el Partido Laborista siguiera gobernando. Sabíamos que iba a ser duro e igualado y así ha sido, por eso es fantástico estar aquí con vosotros y decir que lo hemos logrado", ha afirmado Støre en la fiesta electoral laborista. El primer ministro ha enaltecido la gestión de su gobierno ante los retos de la última legislatura, como la pandemia, la guerra de Ucrania y una crisis comercial y ha señalado que entre las prioridades de su próximo Ejecutivo sitúa una política económica responsable, más empleo, recortar las listas de espera en sanidad y aumentar la inversión en defensa.

Sorpaso en la derecha

Sin embargo, la otra noticia a destacar de la noche electoral noruega ha sido el gran crecimiento de la derecha ultra. El llamado Partido del Progreso, que lidera la exministra Sylvi Listhaug, ha quedado como segunda fuerza con el 24% de los votos totales, lo que supone el mejor resultado de su historia y el doble de lo que consiguieron en las elecciones anteriores. Asimismo, han superado al Partido Conservador de la ex primera ministra Erna Solberg como primera fuerza de la derecha. Listhaug ha celebrado el resultado histórico, aunque ha lamentado "los cuatro años duros" que dice que le esperan al país con un nuevo gobierno de izquierdas. 

Para el Partido Conservador, el 14,6 % es apenas medio punto mejor que el peor resultado de su historia, en 2005, las primeras elecciones de Erna Solberg como líder. Después de dos décadas al frente de los conservadores noruegos y de dos legislaturas como primera ministra, los últimos cuatro años en la oposición han sido complicados para Solberg y su futuro como líder del partido parece muy complicado. "Quedamos atrapados en la pinza entre los laboristas y el Frp. Fue una pinza difícil para nosotros y nos complicó convencer a los electores", ha afirmado "muy triste" la ex primera ministra conservadora.

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Sylvi Listhaug, líder del Partido del Progreso / EFE

Aparte de los conservadores, la otra fuerza que experimenta un claro retroceso es el Partido Centrista, que pierde más de la mitad de su apoyo hasta caer al 5,7 %. También retrocede el otro aliado, aunque en este caso externo, de los laboristas la pasada legislatura: el Partido de Izquierda Socialista baja dos puntos hasta el 5,5 %. Otras dos fuerzas del bloque de centroizquierda mejoraron su resultado: Rojo subió medio punto hasta el 5,3 % y Los Verdes, varias décimas hasta el 4,6 %. Las dos fuerzas más pequeñas del bloque de derecha tuvieron resultados opuestos: mientras los cristianodemócratas lograron el 4,2 %, subiendo unas décimas, los liberales se quedaron en el 3,6 %, por debajo de la barrera mínima del 4 %, aunque podrían lograr dos escaños por su buen resultado en varios distritos.

La campaña electoral ha estado marcada por temas como los precios elevados, especialmente de los alimentos, la política fiscal, el precio de la vivienda o la posible eliminación del impuesto al patrimonio. Durante meses, los sondeos apuntaban a un final igualado entre los dos bloques, pero el centroizquierda comenzó a distanciarse la última semana y las últimas encuestas apuntaban a un triunfo por entre 8 y 10 escaños. La participación electoral ha superado el 78 %, un punto porcentual más que en 2021.