En París, hasta la muerte puede llegar por sorteo. La ciudad de la luz, donde cada rincón respira historia, ha decidido dar una París lanza una lotería para conseguir una tumba al lado de Jim Morrison, Édith Piaf y Oscar Wilde. El Ayuntamiento ha anunciado una iniciativa tan insólita como poética: una lotería que no ofrece dinero, sino la oportunidad de ser enterrado entre las leyendas que reposan en Père-Lachaise, Montparnasse o Montmartre.
El objetivo es tan práctico como simbólico. Los cementerios parisinos, casi llenos desde principios del siglo XX, necesitan restaurar numerosas tumbas históricas que han caído en el olvido. Con esta lotería, la ciudad quiere combinar la preservación del patrimonio con una oportunidad excepcional para sus habitantes: obtener una concesión en uno de los panteones más deseados de Francia.
Un sorteo peculiar
Según explicó el Ayuntamiento en un comunicado publicado el viernes, se pondrán a disposición treinta sepulturas repartidas entre tres cementerios. En Père-Lachaise, donde reposan figuras como Jim Morrison, Oscar Wilde o Édith Piaf, habrá diez tumbas disponibles. Otras diez se ubicarán en el cementerio de Montparnasse –donde descansan Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Susan Sontag– y las diez restantes en Montmartre, último hogar de Degas, Émile Zola y Vaslav Nijinsky.
Los ganadores del sorteo tendrán derecho a adquirir una tumba existente por 4.000 euros, comprometiéndose a financiar su restauración. Además, podrán obtener una concesión de uso, que varía entre 976 euros por un contrato de diez años y 17.668 euros por una concesión perpetua. En otras palabras, una entrada definitiva al club más exclusivo de París: el de sus muertos ilustres.
La iniciativa nace tras décadas de debate sobre la gestión de los cementerios urbanos, dado que la legislación francesa complica el desalojo o la reutilización de tumbas abandonadas. Las parcelas pertenecen al Estado, mientras que las familias solo tienen el derecho de uso temporal. Esta complejidad legal ha convertido la idea de obtener un espacio de reposo dentro de las murallas de París en un privilegio casi imposible.
125 euros por participar
Así y todo, en los últimos años, muchos visitantes y residentes habían expresado el deseo de contribuir a la restauración de monumentos funerarios a cambio de una concesión. La “lotería eterna”, como ya la han bautizado algunos medios locales, podría ofrecer la solución a esta demanda creciente. Las inscripciones ya están abiertas y se cerrarán el 31 de diciembre. Participar tiene un coste de 125 euros, una cantidad modesta si se compara con la promesa de un descanso eterno en una dirección de prestigio.
Con esta propuesta, París vuelve a demostrar que sabe combinar la tradición con la creatividad, incluso cuando se trata de la muerte. En una ciudad donde el arte, la memoria y la belleza nunca descansan, quizás no sea extraño que también la tumba pueda convertirse en una obra de arte y, ahora, en un premio de lotería.