Pakistán ha invocado el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas para justificar su derecho a la autodefensa, después de un ataque en que, según las autoridades pakistaníes, han muerto 26 civiles. En un comunicado oficial, Islamabad ha afirmado que se reserva el derecho de responder "en el momento, lugar y manera que considere oportunos". Esta declaración se produce en medio de una nueva escalada de tensión entre dos potencias nucleares históricamente enfrentadas.
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La respuesta pakistaní ha sido presentada después de una reunión del Comité de Seguridad Nacional, encabezada por el primer ministro Shehbaz Sharif. El gobierno ha calificado la acción militar de la India como un "acto de guerra no provocado, cobarde y contrario al derecho internacional". Según el comunicado oficial, las fuerzas armadas han recibido la autorización llena para llevar a cabo las acciones que consideren necesarias, subrayando que "la integridad territorial del país será defendida con firmeza ante cualquier agresión".
The National Security Committee (NSC) convened under the Chairmanship of Prime Minister Muhammad Shehbaz Sharif.
— Government of Pakistan (@GovtofPakistan) May 7, 2025
The forum offered Fateha for the souls of the innocent civilians martyred in India's strikes.
On the night of 6/7 May 2025, the Indian Armed Forces launched… pic.twitter.com/kpxrUE5MM1
Durante el ataque de la noche anterior, el ejército pakistaní ha informado de que consiguió abatir cinco aviones de combate y varios drones de las fuerzas indias. También ha denunciado que los bombardeos indios han afectado infraestructuras civiles importantes, como una central hidroeléctrica situada en el valle de Neelum Jhelum, dentro del territorio disputado de la Cachemira.
Ataques de artillería del ejército pakistaní
Al otro lado de la frontera, las autoridades indias han confirmado que siete civiles han perdido la vida a consecuencia de los ataques de artillería perpetrados por el ejército pakistaní. Entre las víctimas hay dos niños. Los ataques se han concentrado en la zona de Cachemira bajo control indio, especialmente en el distrito de Poonch, donde una cuarentena de personas también han resultado heridas.
Según fuentes militares indias, los bombardeos pakistaníes han afectado a varias localidades situadas cerca de la línea de control, la frontera de facto que divide la Cachemira entre los dos países. El uso de artillería pesada y morteros ha causado daños tanto humanos como materiales, dejando las poblaciones civiles atrapadas en medio del fuego cruzado.
El conflicto por la Cachemira sigue siendo una de las disputas territoriales más largas y peligrosas del mundo, con episodios recurrentes de violencia que ponen en riesgo la seguridad regional. A pesar de los intentos de mediación por parte de la comunidad internacional, la desconfianza entre Islamabad y Nueva Delhi persiste. Esta última escalada podría dificultar todavía más cualquier intento de diálogo y aumenta el temor de un enfrentamiento abierto entre dos estados armados con capacidades nucleares.
Las Naciones Unidas y varios gobiernos internacionales han hecho un llamamiento a la contención y al diálogo diplomático, advirtiendo sobre las consecuencias de un conflicto que podría tener implicaciones graves no solo para el sur de Asia, sino también para la estabilidad global.