Los observadores internacionales de la OSCE que supervisan las elecciones de Estados Unidos han acusado al candidato y actual presidente, Donald Trump, de "abuso flagrante de poder" por pedir el fin del recuento de votos antes de que se complete el proceso electoral.

"Lo realmente inquietante es que el jefe de Estado estadounidense pida el fin del conteo en medio del boato presidencial de la Casa Blanca, es decir, con todos los símbolos de poder alrededor, por su presunta victoria. Ha sido un flagrante abuso de poder", ha denunciado el diputado alemán Michael Georg Link, coordinador de los observadores internacionales encargados del seguimiento de las elecciones, en una entrevista al diario alemán Stuttgarter Zeitung, en la que ha reiterado que las "acusaciones de manipulación de Trump son infundadas".

"Nuestros colegas todavía están allí y pueden confirmar que también se ha admitido a observadores electorales de diferentes campos políticos y que los votos por correo siguen contando correctamente", explica Link, para quien no ha habido "indicios de problemas sistémicos", sino "un tratamiento extraordinariamente profesional de la avalancha de votos por correo".

La OSCE desautoriza a Trump

"Después de una campaña tan dinámica, asegurarse de que se cuente cada voto es una obligación fundamental para todos los poderes del Gobierno", ha señalado Link.

Según la misión de observación, la elección de este martes fue "reñida" y "bien administrada, a pesar de los muchos desafíos causados por la pandemia de la Covid-19". Los observadores puntualizaron que la campaña electoral estadounidense estuvo caracterizada por "una polarización política profundamente arraigada, que a menudo oscureció el debate político más amplio e incluyó acusaciones infundadas de fraude sistemático".

Este miércoles y apenas horas después de que se conocieran las primeras proyecciones de voto, Trump denunció un "fraude" electoral sin aportar pruebas y amenazó con recurrir al Tribunal Supremo para detener el recuento de votos, mientras Biden pidió paciencia hasta tener los resultados. A lo largo de la jornada, la campaña de Trump desafió el escrutinio en al menos cuatro estados clave, Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Georgia.

Por su parte, la jefa de la delegación de la Asamblea Parlamentaria de la OSDE, Kari Henriksen, defendió, según el comunicado, "el derecho a votar y a que ese voto sea contado" como "uno de los principios más fundamentales de la democracia". Sin embargo, expresó su preocupación, en un contexto de pandemia y ante un aumento de la votación por correo, por "los intentos por restringir el conteo de los votos emitidos legalmente".

La desconfianza del presidente

Desde hace meses, Trump ha sembrado desconfianza en el voto por correo -a pesar de que no hay pruebas que hagan pensar en un fraude generalizado-, y el pasado domingo adelantó que planeaba iniciar un litigio en el estado clave de Pensilvania si éste era ajustado.

"Esta elección no ha terminado y permaneceremos aquí en Washington DC y en estados claves de todo el país hasta que termine", afirmó Urszula Gacek, jefa de la misión de observación de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la OSCE.