Las promesas de Javier Milei, nuevo presidente argentino, no tienen en cuenta el sistema democrático de Argentina. Su proyecto de macrodecreto ha sido rechazado por el Senado. El proyecto era un amplio decreto que buscaba desregular la economía y se dictó el diciembre pasado, pero no ha llegado al Senado hasta ahora. Entre otras cosas, el decreto, que junto con el proyecto de la llamada ley ómnibus, conforma el corazón de las ambiciosas reformas pretendidas por Milei, deroga unas 80 leyes y modifica 300 normas más. Se ha definido como las "bases para la reconstrucción de la economía argentina". El instrumento ha sido rechazado por buena parte de la oposición política, tanto en el Parlamento —donde la formación oficialista de ultraderecha La Libertad Avanza es la tercera minoría— como entre los gobernadores de provincias, todos opositores.

Después del rechazo mayoritario en el Senado del macrodecreto será analizado en la cámara baja, donde las fuerzas partidarias de Milei también tendrían dificultades para convalidarlo, y en este caso el decreto resultará anulado. Sin embargo, por ahora seguirá vigente, es decir, su impacto sobre la vida de los argentinos continúa en marcha. Adicionalmente al decreto, Milei envió en diciembre al Parlamento un proyecto de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, con medidas y reformas amplias y una polémica delegación al Ejecutivo de facultades que son propias del Legislativo.

La respuesta del gobierno de Milei

El gobierno argentino ha recibido muy mal este nuevo fracaso. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha escrito contra "la resistencia al cambio y la defensa de los privilegios" y ha defendido que el gobierno seguirá "de pie" y "sin hacer marcha atrás". "Cambiaremos el país, a pesar de todos los que destruyen el gobierno. No se preocupen: nos arreglamos sin ustedes", ha añadido Bullrich en su cuenta de la red social X. Todo el gobierno ha seguido la misma línea que Bullrich: criticar que los de siempre no quieren perder privilegios. Un discurso que cada vez se recibe con más escepticismo, no solo por las largas carreras de los políticos que conforman al Ejecutivo, sino también por el hecho de que se subieron los sueldos en plena crisis.

Hace poco más de una semana, el gobierno de Milei se vio rodeado en una grave polémica: se habían subido el sueldo casi un 50%. Todo en medio de la grave crisis socioeconómica que vive el país. Cuando se dio a conocer que se había aprobado esta subida semanas antes con mucha discreción, la respuesta popular fue contundente. Para salir del paso, Milei se apresuró a suspender la subida y señaló a sus rivales políticos. ¿Por qué? Por tener jubilaciones altas, es el caso de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.