Almenos 19 personas han muerto acuchilladas en Tsukui Yamayuri Garden, un centro para discapacitados en la ciudad de Sagamihara, al oeste de Tokio, capital de Japón, según ha informado a última hora de este lunes la policía (primera hora del martes en Japón). El ataque ha causado al menos 45 heridos, cuatro de ellos graves, según la CNN y la televisión japonesa NHK. 

El agresor, un hombre de unos veinte años de edad, antiguo empleado del centro, se entregó a la policía a las tres de la madrugada hora local (las diez, hora de Barcelona) y aseguró que era el responsable del ataque, ha explicado un portavoz de la policía de la prefectura (provincia) de Kanagawa, a la que pertenece la ciudad de Sagamihara.

El personal del centro atacado llamó a la policia con el aviso de que un hombre con un cuchillo había penetrado en las instalaciones. La policía acordonó el centro rápidamente pero el hombre ya había matado al menos a 15 personas, cifra que otras fuentes elevan a 19. Se desconocen aún los motivos del ataque.

Yihadismo descartado

El gobierno japonés señaló hoy que el apuñalamiento masivo en una residencia de discapacitados cerca de Tokio, en el que han muerto al menos 19 personas, no es un suceso vinculado con el terrorismo yihadista.

"Por ahora no hemos obtenido información que vincule al sospechoso con ningún grupo islamista", aseguró el portavoz del Ejecutivo japonés, Yoshihide Suga, en una rueda de prensa recogida por la agencia de noticias Kyodo.

Por su parte, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, lamentó la muerte de los 19 discapacitados internados en esta residencia de la localidad de Sagamihara.

"Debemos buscar la verdadera causa de este crimen y el Gobierno hará un esfuerzo por ello", señaló durante una reunión de la ejecutiva de su partido, el Partido Liberal Demócrata (PLD), que ha tenido lugar hoy.

Sacrificar a los discapacitados

El autor del ataque había enviado el pasado mes de febrero una misiva a las autoridades policiales pidiendo un mundo en el que los discapacitados pudieran sacrificarse.

Según ha explicado la cadena japonesa NHK, el presunto agresor había sido ingresado en un hospital mental a principios de este año, para evitar que provocara daños a otras personas.

Satoshi Uematsu, ex empleado del centro en el que perpetró el ataque, vivía en una vivienda a medio kilómetro del centro. Las autoridades de Kanagawa aseguran que Uematsu comenzó a trabajar en el centro, de gestión pública, como trabajador esporádico desde el mes de diciembre de 2012, y cuatro meses después se convirtió en un empleado regular.

En junio pasado, la policía ya había enviado a Uematsu a la Fiscalía después de haberse visto involucrado en una pelea en la que hirió a un hombre en torno a una estación de Tokio.

En febrero, además de la carta a la policía, llegó a visitar la residencia oficial del presidente de la Cámara Baja en Tokio. Días después de enviar la misiva pidiendo sacrificar discapacitados, las autoridades indicaron que Uematsu podría llegar a dañar a alguien, por lo que el internaron en un hospital psiquiátrico.

Fue dado de alta del centro a principios de marzo, gracias a un diagnóstico que apuntaba que sus síntomas habían mejorado.