El presidente del Chad, Idriss Déby, ha muerto este martes a los 68 años a causa de las heridas sufridas en el campo de batalla en combates contra milicianos rebeldes, según ha informado el Ejército de este país. Déby, que dirigía el país desde 1990, había sido declarado ayer mismo como ganador de las últimas elecciones celebradas el pasado 11 de abril.
"El presidente Idriss Deby Itno acaba de exhalar su último aliento mientras defendía la integridad territorial en el campo de batalla", ha anunciado en un comunicado en la televisión estatal el portavoz del Ejército, el general Azem Bermandoa Agouna. "Con profunda amargura anunciamos al pueblo chadiano la muerte, este martes 20 de abril de 2021, del mariscal del Chad Idriss Déby Itno", ha añadido con total solemnidad.
Un consejo militar de transición se ha puesto en marcha, dirigido por el general Mahamat Idriss Déby, hijo del muerto, para los próximos 18 meses y se han disuelto la Constitución, el Gobierno y el Parlamento, según han recogido varios medios locales.
Las autoridades también han declarado un luto nacional de 14 días, así como un toque de queda desde las 18h hasta las 05h en todo el territorio nacional, y las fronteras terrestres y aéreas se han cerrado hasta nueva orden.
El inacabable conflicto civil
La muerte del presidente se ha producido después de que los combates con los rebeldes del Frente para la Alternancia y la Concordia en el Chad (FACT, en sus siglas en francés) realizaran una incursión desde Libia con la intención de derrocar el mismo Déby durante la misma jornada electoral.
Ya el 13 de abril, el FACT aseguró que controlaba la provincia de Tibesti, en el extremo norte del país, y el día 18 confirmaron su control de la provincia de Kanem, al oeste del país y fronteriza con la región de la capital, Yamena. La proximidad de los rebeldes provocó que el Departamento de Estado norteamericano ordenara a sus diplomáticos no esenciales que abandonaran el país.
El conflicto, sin embargo, viene de lejos. Precisamente la mayoría de combatientes que conforman este grupo rebelde son de etnia gorane, la misma que la del último presidente del país, Hissène Habré, que fue derrocado por Déby en 1990. 26 años después, Habré fue declarado oficialmente culpable por las Cámaras africanas extraordinarias de haber promovido la violación, la esclavitud sexual y de haber ordenado el asesinato de 40.000 personas.
A pesar de la cierta prosperidad que su liderazgo parecía aportar al país durante los primeros años con la aprobación de una nueva constitución (1996) y la exportación de petróleo (2001), los conflictos internos surgieron de nuevo y los rebeldes intentaron asesinar al presidente Déby en el 2006 y en el 2008.
La reapertura de la frontera con el Sudán -que permitió el retorno de los desplazados por el conflicto- y la formación de una nueva fuerza conjunta no impidió que en mayo del 2013 las fuerzas de seguridad del Chad tuvieran que frustrar otra golpe de Estado contra Déby que se había preparado durante varios meses.
Poco después, en el 2016, fue cuando se creó el FACT, con sede en Libia (país que ya intentó anexionar el Chad durante la década del 80). El grupo cuenta con unos 3.000 combatientes y es una escisión de la Unión de Fuerzas por la Democracia y el Desarrollo (UFDD), liderado por Mahamat Nouri, también opositor a Déby.
El Chad vive una espiral de guerras y dictaduras totalitarias desde que se independizó de Francia el año 1960, país que frenó su modernización e impidió su unificación territorial. Esto ha provocado, en parte, la espiral de conflictos civiles, que ha enfrentado a algunas de las más de 200 etnias diferentes que hay en el país.