Miles de personas han salido este sábado a las calles de Londres para pedir que el Reino Unido vuelva a formar parte de la Unión Europea, en una nueva movilización en contra del Brexit. Convocados por la plataforma 'National Rejoin March' (Marcha Nacional de Reincorporación), cerca de 3.000 personas se han reunido ante el Parlamento británico, después de hacer una marcha por la ciudad, según informa el medio The Independent. Los manifestantes han teñido las calles de azul y amarillo, colores representativos de la Unión, ondeando banderas de la UE y coreando cánticos en contra del Brexit.

La marcha, convocada en Park Lane, ha empezado en las 12.00 (hora británica) con el objetivo de visibilizar la oposición de la ciudadanía al Brexit. A pesar de no ser tan masiva como anteriores, centenares de personas de todo el Reino Unido se han desplazado hasta la capital para sumarse a la manifestación, que ha culminado en la plaza de delante del Parlamento, según recoge el diario británico The Independent. Allí, diferentes ponentes, como el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt y el activista Gina Miller han pronunciado discursos para reclamar la reincorporación del Reino Unido a la UE.

Esta movilización se ha celebrado un día después de que el líder del partido Laborista, Keir Starmer, asegurara que su formación no buscará "unirse de nuevo" a la UE, ni tampoco la unión aduanera o el mercado único, en caso de ganar las próximas elecciones generales, previstas para el 2024. En declaraciones a los medios desde la City, el centro financiero de Londres, defendió el planteamiento de su partido a la hora de tratar con el bloque comunitario, después de la confusión generada por unas declaraciones suyas, donde afirmó que no se quería "apartar" de la UE. El Partido Conservador utilizó las palabras de Starmer para hacer campaña en contra de los Laboristas y el titular británico de Economía, Jeremy Hunt, aseguró que lo que realmente quiere el partido Laborista "es deshacer el Brexit".

Ahora, sin embargo, el líder de la formación ha contextualizado sus palabras y ha dicho que no contemplan "volver a unirse a la UE, ni a la unión aduanera, ni al mercado único". Sin embargo, ha puntualizado que su posicionamiento no implicaría "rebajar los estándares en alimentación o los derechos que tienen las personas al trabajo".