Llegar y manos a la obra. La nueva primera ministra británica, Theresa May, ya ha puesto en marcha toda la maquinaria del nuevo gobierno y ya empieza a ejercer como la líder del Reino Unido que es, aunque antes del lunes no se sabía si obtendría el cargo ni cuándo lo haría.

Una de las primeras cosas que hará, después de dormir dos noches en el número 10 de Downing Street y de nombrar a su ejecutivo, será viajar a Edimburgo. En un claro movimiento táctico para acercar posiciones con el gobierno escocés y evitar que el Reino Unido esté más desunido, May se reunirá este viernes con la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon.

La reunión llega después de que los escoceses dijeran 'no' a marcharse de la Unión Europea con un abrumador 62% de los votos, y después de que Sturgeon pusiera encima de la mesa un nuevo referéndum para la independencia de Escocia si el Brexit se acaba consumando. May tiene muy claro que la salida de la UE se producirá, "Brexit quiere decir Brexit" aseguró, pero al mismo tiempo, quiere intentar acercar posiciones con esta nación histórica de Gran Bretaña y evitar que el conflicto independentista escale, una vez más.

Este primer contacto mostrará qué relaciones tendrán las dos primeras ministras, pero Sturgeon ya señaló poco después de que May fuera investida que espera "establecer una relación de trabajo constructiva" con ella, a pesar de sus "diferencias" políticas.

El fantasma de Thatcher

May, a quién ya se la ha definido como 'la nueva Margaret Thatcher', podría querer evitar con esta visita ser vista como la ex primera ministra conservadora, que creó mucha enemistad con Escocia y que, de hecho, muchos analistas creen que fue con ella con quien reavivó la enemistad con Inglaterra y al mismo tiempo el independentismo escocés.

El ex primer ministro escocés Alex Salmond, sin embargo, ya aprovechó su nombramiento para criticar May y compararla con 'la dama de hierro'. Salmon aseguró que May "ha mantenido una línea dura con respecto a su posición sobre las aspiraciones escocesas".

El predecesor de Sturgeon como líder del Partido Nacional Escocés (SNP) sostuvo que la posición de la nueva jefa de gobierno es "parecida a la de la antigua primera ministra Margaret Thatcher hace años, que no era conocida por su amistad con Escocia".