Al menos 62 personas gazianes han muerto a causa del fuego israelí desde la madrugada del sábado en la Franja de Gaza, según han confirmado fuentes médicas. Entre las víctimas hay 36 personas que esperaban el reparto de ayuda humanitaria en el sur del enclave cuando las tropas israelíes abrieron fuego.
En la ciudad de Gaza, en el norte, al menos 16 personas han perdido la vida en cuatro ataques diferentes: siete en un bombardeo israelí sobre tiendas de campaña próximas a la escuela Al Tabiin; una mujer y un niño en un ataque cerca de una mezquita a la zona oeste de la ciudad; y dos más en un bombardeo contra un grupo de personas en el barrio de Zeitoun, según fuentes locales.
Ataque en las colas del hambre
También se han registrado cinco muertos y varios heridos a causa de un ataque con dron israelí contra una tienda de campaña donde se refugiaban desplazados al barrio de Al Daraj, en el centro de la ciudad de Gaza. En el sur, en Rafah, al menos 32 personas han muerto y más de 80 han resultado heridas cuando las fuerzas israelíes han abierto contra miles de gazatíes que hacían cola para recibir alimentos cerca de dos puntos de distribución gestionados militarmente y apoyados por los Estados Unidos.
Fuentes de la morgue del Hospital Naser han confirmado la muerte de 25 hombres —los que habitualmente van a buscar comida para sus familias— y cuatro cuerpos sin identificar, entre ellos el de una mujer. Tres cuerpos más se han sumado a las cifras poco después, según ha informado al Ministerio de Sanidad, de que advierte que si la comunidad internacional no actúa inmediatamente, se encara una catástrofe humanitaria sin precedentes.
Rodeados por el ejército israelí
Testigos presenciales y fuentes locales, citados por el diario Haaretz, aseguran que el ejército israelí ha rodeado la zona donde miles de palestinos intentaban acceder a un punto de distribución y ha empezado a disparar contra la multitud. Al menos cuatro personas más han muerto por tiros mientras esperaban la llegada de camiones con comida, aunque no se ha concretado la ubicación exacta. Todo eso pasa mientras la población palestina sufre niveles crecientes de malnutrición y hambre extrema por la falta de alimentos.
A pesar de la gravedad de la situación, Israel sigue impidiendo la entrada masiva de ayuda humanitaria a través de los canales establecidos por las Naciones Unidas. Incluso la harina se ha convertido en un producto casi inalcanzable, y un kilo puede llegar a costar hasta 70 dólares, según ha podido constatar EFE. Muchas familias afirman que hace días que no pueden alimentar a sus hijos. El Ministerio de Sanidad de Gaza y varios médicos, como los del Campo Hospitalario Especializado de Kuwait, en la ciudad de Khan Yunis, alertan de la llegada masiva de personas desplazadas con signos evidentes de desnutrición aguda y agotamiento, causados por una privación prolongada de alimentos.