Los equipos de pesados, locales e internacionales, trabajan sin descanso desde hace horas en las zonas de Turquía afectadas por los terremotos. La situación es todavía más complicada en el norte de Siria, controlada por la oposición al gobierno de Bashar Al-Assad y de más difícil acceso para la ayuda humanitaria internacional. A pesar de los esfuerzos a los dos lados de la frontera, el número víctimas no para de aumentar. Los últimos recuentos apuntan a más de 11.000 personas fallecidas, hasta ahora, la mayoría en Turquía. Además, hasta ahora, se han notificado a más de 56.000 heridos.

El número de muertos se ha más que doblado en 24 horas. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se advirtió el pasado martes que el número y heridos de entonces se podían llegar a multiplicar por ocho y, por ahora, esta predicción podría cumplirse.

Ante esta situación, el Gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas. Erdogan ya ha reconocido que estos seísmos suponen el desastre mayor sufrido por el país desde el seísmo de 1939 a Erzincan, en el este de Turquía, que dejó más de 32.000 muertos.

La difícil situación de Siria

En Siria, las manchas de rescate y gestión de la catástrofe de los terremotos se complican. El país, inmerso en una guerra civil desde hace 12 años, desde la gestión de los rescates al recuento de los muertos, todo proviene de dos bandos, uno, del Gobierno de Bashar en el Assad y, el otro, del último enclave del país controlado por la oposición. Ya antes de los seísmos, Siria sufría su peor crisis humanitaria desde el estallido de las revueltas contra Damasco en el 2011 y el posterior inicio de la guerra, con el 90% de la población sumida en la pobreza, desabastecimientos de productos básicos y millones de personas desplazadas, según observación Efe.

Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas de Siria en manos de la oposición y que está liderando las tareas de rescate del terremoto en las provincias nordoccidentales de Idlib y Alep, ha alertado este martes de que "se está agotando el tiempo" y ha recordado que "centenares" de personas continúan atrapadas."El tiempo se está agotando, centenares de personas continúan atrapadas bajo los escombros. Cada segundo puede salvar una vida, llamamos todas las organizaciones humanitarias y organismos internacionales que proporcionen apoyo material y ayuda", han denunciado a los voluntarios en la cuenta de Twitter.

Las réplicas y las bajas temperaturas

Las tareas de rescate han sido constantemente interrumpidas por las réplicas de los seísmos. Concretamente, se han contabilizado 435 réplicas de menor intensidad a las zonas afectadas. Por suerte, estas réplicas cada vez son de menor intensidad, hecho que facilita las tareas de los rescatistas. Sin embargo, por otra parte, las temperaturas siguen bajando, complicando los rescates y reduciendo las posibilidades de encontrar a más personas con vida.