Uno de los manifestantes heridos en los duros enfrentamientos con la policía que tuvieron lugar este sábado en la localidad de Sainte-Soline, en el centro-oeste de Francia, se encuentra entre la vida y la muerte, según ha informado AFP. Se trata de un hombre de unos 30 años que sufrió un traumatismo craneal y tiene un "pronóstico vital grave", según un informe elaborado por la Fiscalía de Niort, que ha abierto una investigación para "determinar la naturaleza exacta" de las heridas graves que sufrieron tres manifestantes y las circunstancias en que resultaron heridos. Una de las entidades organizadoras de la manifestación, Soulèvements de la Terre, ha informado de que el hombre se encuentra en coma y ha denunciado que pasaron más de 3 horas desde que resultó herido hasta que le trasladaron al hospital.

Tres manifestantes y dos policías heridos graves por los enfrentamientos en Sainte-Soline

El informe de la Fiscalía ha apuntado que 7 manifestantes tuvieron que ser atendidos por los cuerpos de emergencia y tres de ellos se encontraban en una situación "de emergencia absoluta". Además del hombre que se encuentra en estado más crítico, una mujer de 19 años sufrió un traumatismo facial y un hombre de 27 años se rompió un pie. Entre los agentes de la Gendarmería Nacional Francesa, 29 resultaron heridos, y dos de ellos se encuentran muy graves, uno a causa de una herida en la ingle, y el otro por un traumatismo torácico.

La noticia del estado crítico de este manifestante llega en un momento de alta tensión en Francia en medio de la polémica por los enfrentamientos policiales. Mientras el ejecutivo del presidente Emmanuel Macron ha apuntado a "la ultraizquierda" como responsable de esta violencia en la manifestación ecologista, desde la izquierda han culpado al "desproporcionado despliegue policial" de la situación. En este sentido, el líder de izquierdas, Jean Luc Mélenchon, ha afirmado que si no hubiera habido presencia policial, no se hubieran producido enfrentamientos y que la manifestación habría sido una "marcha pacífica". Unas declaraciones ante las que el gobierno francés ha recordado que antes de la concentración se requisaron bolas de petanca, bates de béisbol y armas blancas a los manifestantes, que finalmente lanzaron cócteles Molotov y petardos a los gendarmes.

Observadores de derechos humanos constatan "casos de obstrucción al socorro"

Las entidades organizadoras de la manifestación, por otra parte, han afirmado que 200 manifestantes resultaron heridos y han acusado al gobierno de haber ejercido una "represión masiva". En este sentido, han afirmado que la policía fue la primera en disparar con granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y cañones de agua. Observadores de la Liga por los Derechos Humanos (LDH) presentes durante la protesta han confirmado esta versión y han añadido que la policía también disparó con escopetas de balas de defensa (LBD). Además, han constatado "varios casos de obstrucción al socorro" por parte de la policía, que han adelantado que denunciarán. "Los servicios de emergencia indicaron que no podían intervenir para rescatar a un herido en estado crítico porque el mando había dado la orden de no hacerlo", han afirmado los observadores. Las autoridades han justificado el retraso argumentando que la violencia de los activistas no les permitió asegurar el perímetro para permitir el acceso de los servicios médicos con más rapidez.

La Inspección General de la Policía Nacional francesa (IGPN) ha anunciado la apertura de 17 investigaciones desde el pasado 19 de enero por posibles casos de violencia policial excesiva. En esa fecha comenzaron las protestas contra la reforma de las pensiones.