Abandonados en varios puntos del vasto mar del Norte, descasan bajo las aguas heladas oleoductos de petróleo y gas abandonados. La imagen decadente que dejan estos grandes conductos metálicos medio en escombros y en descomposición va acompañada de una amenaza muy grave. Según han alertado los científicos, estos oleoductos abandonados y no mantenidos por las empresas que los gestionaban pueden liberar en este mar un gran volumen de sustancias venenosas como mercurio, plomo radiactivo y polonio-210.

Hay unos 27.000 km (16.800 millas) de gasoductos en el mar del Norte, y los científicos predicen que la cantidad de metal en el mar podría aumentar desde el 3% hasta el 160% de los niveles existentes. En algunos países, como Australia, las empresas tienen que retirarlos cuando el pozo de petróleo deje de funcionar. Pero al Mar del Norte las empresas pueden dejarlos pudrir, informa The Gaurdian.

¿Cómo de peligrosas son las sustancias que se liberan al mar?

Para poner en perspectiva es interesante recordar que una de las sustancias que las cañerías abandonas dejan ir al agua del mar del norte es el poloni-210, conocido para ser usado en el envenenamiento del desertor ruso Alexander Litvinenko. Por otra parte, el mercurio es un elemento extremadamente tóxico que es encuentra de forma natural en el gas y el petróleo. De esta manera ha quedado enganchado a las cañerías que antes lo transportaban y conforman, esta se van corroyendo, el mercurio se libera. La convención internacional de Minamata sobre el mercurio establece que los niveles elevados en delfines, ballenas y focas pueden provocar "fallos reproductivos, cambios de comportamiento e incluso la muerte", según recuerda el diario británico.

El mercurio no es el material que más preocupa a los expertos, que ponen el foco en los materiales radiactivos naturales que están presentes en algunos embalses de petróleo y gas bajo el fondo del mar. Los radionucleidos naturales, como el radio disuelto, se pueden extraer con fluidos de petróleo y gas, potencialmente acumulándose como escamas dentro de cañerías submarinas. "El radio se desintegrará físicamente en plomo radiactivo (210Pb) y polonio (210Po), que se pueden incorporar a los organismos marinos y pueden representar un riesgo radiológico para estos organismos", ha alertado el doctor a Tom Cresswell de la Organización de Ciencia y Tecnología Nuclear de Australia.

Por todo ello, varios científicos han denunciado las condiciones en que se encuentran los oleoductos, mientras que desde el gobierno británico sostienen que estas advertencias no conjugan con la realidad en que mantienen y vigilan estos antiguos oleoductos.