El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha declarado este martes a Rusia "responsable" del envenenamiento y asesinato del disidente Alexander Litvinenko, quien murió el año 2006 envenenado con polonio 210. La justicia europea ha sentenciado que las autoridades rusas no han aportado ninguna explicación suficientemente "satisfactoria" ni "convincente" sobre los hechos para exonerarse.

El tribunal de Estrasburgo también ha considerado que el Estado ruso no ha llevado a cabo ninguna investigación "efectiva" sobre la muerte de su antiguo espía. Por esta serie de factores, la sentencia concluye que el asesinato de Litvinenko "es imputable a Rusia".

La justicia europea ha hilado todavía más fino y ha concluido que los ciudadanos rusos Andrei Logovoy y Dimitri Kovtun, excompañeros y amigos de Litvinenko, fueron los que llevaron a cabo el asesinato. Una tesis que las autoridades británicas, país donde fue asesinado el disidente ruso, comparten. Para el tribunal, "hay fuertes indicios" de que los dos antiguos amigos de Litvinenko actuaron bajo órdenes del Kremlin.

La sentencia de la Sala Tercera del Tribunal europeu ha contado con el voto contrario del juez ruso, Dimitri Dedov. Pero ni siquiera eso ha parado la sentencia, en la cual se recoge que Rusia tendrá que indemnizar con 100.000 euros por daños morales y 22.500 por gastos y honorarios a la viuda de Litvinenko, Maria Anna Carter.

Historia de un envenenamiento

Litvinenko fue un espía ruso y coronel del KGB que pasó a teniente coronel del nuevo servicio de inteligencia ruso, el FSB, cuando cayó la Unión Soviética. A pesar de la lealtad mostrada a su estado durante muchos años, la crítica a sus superiores y en especial a Vladímir Putin le costó el exilio. El año 2001 Litvinenko obtuvo el asilo en el Reino Unido.

Cinco años más tarde, el año 2006, se reunió hasta tres veces con Andrei Logovoy i Dimitri Kovtun, según las investigaciones británicas en las tres reuniones se encontraron restos de polonio 210. La primera fue en una cena en un restaurante, después de la cual el exespía del KGB ya tuvo vómitos. La segunda fue un encuentro entre Litvinenko y Lugovoi, y en la tercera quedaron los tres para tomar un té en el bar del hotel donde se alojaban. Poco después el exespía ruso murió por envenenamiento.

Las autoridades británicas recurrieron a estas pruebas para acusar a Logovoy y Kovtun de asesinato y solicitarion a Rusia su extradición. Ninguno de los dos acabó siendo extraditado. Lugovoi acabó siendo diputado de la Duma y consiguió inmunidad parlamentaria y la solicitud de extradición de Kovtun fue denegada por el Kremlin.

 

Imagen principal: Alexander Litvinenko, exespía ruso, en el hospital pocos días antes de morir envenenado por polonio 210