La temporada de huracanes en los Estados Unidos empieza oficialmente este 1 de junio y, según los pronósticos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), se espera que en 2025 sea más activa y grave de lo que es habitual. Se prevén entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes, y entre 3 y 5 podrían llegar a tener la intensidad de un huracán de categoría 3 o superior, con vientos de más de 179 km/h. La NOAA asegura que tiene un 70% de confianza en estos pronósticos, pero la NOAA es una de las agencias, junto con la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), que ha sufrido los recortes de presupuesto y personal que ha implementado la administración Trump desde su llegada a la Casa Blanca el pasado enero. Los recortes en la NOAA superan el 20% de su plantilla, con la salida de centenares de especialistas, y los de FEMA superan los 646 millones de dólares, lo cual ha llevado a la salida de unos 2.000 empleados, y existen muchas dudas sobre como afectará a la capacidad de país para responder eficazmente ante los acontecimientos climáticos extremos. La combinación de una temporada de huracanes más intensa y la reducción de personal y presupuesto en las agencias ha elevado el nivel de preocupación tanto entre expertos como entre la población.
Negacionismo climático
Trump es un negacionista del cambio climático, y eso impregna las actuaciones de su gobierno. El presidente norteamericano ha llegado a decir en varias ocasiones que el cambio climático es "una de las mayores estafas de todos los tiempos", que es un "engaño" y que fue "inventado" por otros países, como la China, con intereses contra los Estados Unidos. Su discurso y sus decisiones han contribuido a dificultar la implementación de medidas para combatir el calentamiento global y el cumplimiento de acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París. Los recortes en las agencias meteorológicas norteamericanas llegan en este contexto de un cambio climático que acelera el desarrollo de las tormentas, provocando que los huracanes del Atlántico generen lluvias más intensas y sean más virulentas de lo que hace años.
Los precedentes de los huracanes 'Helene' y 'Milton'
Todavía está muy presente en el recuerdo los ejemplos más recientes de los destructivos huracanes Helene y Milton, durante la temporada del 2024, que se intensificaron muy rápidamente antes de tocar tierra. Helene, en el mes de septiembre, causó más de 227 muertos, convirtiéndose en el huracán más mortífero en los Estados Unidos desde el Katrina en el 2005. Milton, que tocó tierra en la costa oeste de Florida en octubre, fue el huracán que más rápido se intensificó en la historia: pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 24 horas y causó graves inundaciones (incluyendo Orlando, Saint John y el condado de Hillsborough), se rescataron centenares de personas y se perdieron millones de dólares a causa de los daños y los destrozos en las infraestructuras.
BREAKING: Trump just denied North Carolina's request for FEMA relief after Hurricane Helene, calling it "not warranted."
— Brian Allen (@allenanalysis) May 23, 2025
Homes destroyed. Infrastructure wrecked. Families displaced.
And his response? Cold dismissal.
But let Mar-a-Lago flood and the checks get printed by… pic.twitter.com/NpIQDus0fD
A 12-hour time lapse of Hurricane Helene, making landfall and pushing inland.
— CIRA (@CIRA_CSU) September 27, 2024
Helene has ushered in flooding rains and severe storms throughout the Southeast U.S. pic.twitter.com/fskdqbgM9H
Category 5 Hurricane Milton continues to intensify with maximum sustained winds of 180 mph and a minimum pressure down to 905 mb!! The only good news is the eye appears to have curved east ahead of a Yucatan direct impact. Still watching this closely for Progreso, Mexico pic.twitter.com/D7r3hfFBFa
— Reed Timmer, PhD (@ReedTimmerUSA) October 7, 2024
Las zonas de más riesgo
Para la temporada que empieza este domingo, los expertos prevén que la actividad ciclónica sea mayor del habitual en la cuenca del Atlántico, incluyendo el golfo de México (para Trump Golfo de América), situado entre el sureste de los Estados Unidos, la costa este de México y la isla de Cuba, y el mar Caribe. Estados como Texas, Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida (especialmente la región del Pandhandle) son especialmente vulnerables. El litoral de estados como Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte, también se encuentra en riesgo, según los pronósticos. Las islas del Caribe nordoriental, como Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, también están identificadas como zonas de alto riesgo por impactos directos, mientras que otras islas del Caribe, como República Dominicana, también se pueden ver afectadas por el paso de tormentas tropicales y huracanes. Además, la temporada podría verse influenciada por el desplazamiento del monzón de África Occidental hacia el norte, lo que favorece la formación de ondas tropicales que pueden evolucionar en tormentas intensas y duraderas en el Atlántico.
It's Saharan dust season in the Atlantic, the time of year when dust clouds carried from the Sahara Desert are carried by the wind westward across the Atlantic to affect the United States. https://t.co/BZYCnK5Dpi pic.twitter.com/YrrsSynOT1
— AccuWeather (@accuweather) May 29, 2025
Las agencias, desbordadas
La preocupación por como afrontará el país esta temporada de huracanes se fundamenta en los recortes que la administración Trump ha implementado en las agencias meteorológicas y de respuesta a los desastres, más desbordados que nunca, con un personal muy quemado, lo que podría dejar decenas de millones de personas en una situación más vulnerable delante de estas enormes tormentas. Según la CNN, funcionarios de la FEMA, la entidad nacional que se encarga de responder ante desastres y de la reconstrucción posterior, alertan de que las declaraciones que han hecho Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, sobre "eliminar" la agencia, han generado confusión sobre cuál es su misión y cuán rápido tendrían que responder a las peticiones de ayuda de los estados ante los desastres. La FEMA tardó dos meses a aprobar la ayuda para el desastre después de los tornados mortales de mediados de marzo que castigaron estados republicanos del medio oeste y el sur del país, lo que provocó la indignación de algunos legisladores de este partido.
Agotamiento y falta de recursos
Los recortes provocaron que más de 560 empleados del Servicio Meteorológico abandonaran la agencia desde enero. Existe el temor al agotamiento entre los meteorólogos que se mantienen en las oficinas, una dotación insuficiente, según fuentes anónimas de la NOAA, y la falta de meteorólogos, de responsables de recaudar la información, adaptar esta información a las alertas de los pronósticos, se une a la preocupación por la posibilidad de que haya menos datos disponibles para realizar pronósticos precisos, dada la reciente reducción en los lanzamientos diarios de globos meteorológicos en todo el país. Estos globos proporcionan datos cruciales para los modelos informáticos que ayudan a los meteorólogos a predecir el clima. "Es casi seguro de que habrá menos datos para los modelos", afirmó esta fuente de la NOAA. Eso podría poner en peligro la precisión de los pronósticos de intensidad y trayectoria de los huracanes, áreas en las cuales los meteorólogos han avanzado durante la última década.