Las aguas pueden parecer calmadas entre el Kremlin y el grupo Wagner después de la respuesta de este último el pasado junio. Sin embargo, la tensión no solo no ha desaparecido, sino que sigue más viva que nunca. Tanto es así que según Ministerio de Defensa británico (MoD) es muy probable que el Kremlin ya haya cerrado el grifo del grupo de mercenarios. Los que fueron la mano derecha de las ambiciones del gobierno ruso en África, el Oriente Medio y la misma Ucrania podrían haber quedado sin la complicidad (política y financiera) de Vladímir Putin.

Según el último informe de los servicios de Inteligencia del MoD sobre la situación de la guerra en Ucrania, Moscú "ha actuado contra algunos intereses empresariales" del dueño de Wagner, Ievgeny Prigozhin, desde que lanzó un "motín" fallido contra el Ejército ruso el junio pasado. "Está la posibilidad real que el Kremlin ya no financia el grupo", ha señalado hoy el MoD en la cuenta de Twitter. "Si el Estado ruso ya no paga Wagner, los segundos pagadores más plausibles son las autoridades bielorrusas", añadió el informe de inteligencia británico. En opinión de la inteligencia británica, la asunción de la factura de los mercenarios en Ucrania supondría una "sangría" para los "modestos recursos" económicos de un país como Bielorrusia.

Wagner: de Ucrania en África

Que las relaciones con Moscú sea prácticamente inexistente no quiere decir que el negocio de los mercenarios se haya acabado. El grupo Wagner vuelve a uno de los territorios donde se han hecho más fuertes los últimos años y que habían olvidado por Ucrania: África. Desde el mes de julio, agencias como Reuters apuntan el retorno de una gran influencia de Wagner a la región. Tanto es así que el mismo líder de los mercenarios lo confirmó a un medio camerunés. "No estamos reduciendo (nuestra presencia), además estamos preparados para aumentar nuestros diferentes contingentes", sentenció.

En la entrevista, dijo que Wagner estaba cumpliendo con todas sus obligaciones en el continente y estaba dispuesto a desarrollar todavía más las relaciones con los países africanos. El papel de Wagner en la República Centroafricana, Mali y otros lugares de África es una fuente de preocupación para los gobiernos occidentales, incluidos Francia y los Estados Unidos. Washington ha acusado al grupo de cometer atrocidades generalizadas y le ha impuesto sanciones como organización criminal.