Nuevo revés judicial para Donald Trump. La jueza federal Boston Allison D. Burroughs ha bloqueado temporalmente la orden de la Administración Trump de impedir a la Universidad Harvard matricular a estudiantes extranjeros. La medida la anunció este jueves el presidente de los Estados Unidos, en su particular escalada de tensiones con la universidad, y ha provocado un gran revuelo en todo el mundo. La decisión llega después de que Harvard haya demandado este mismo viernes al Gobierno de Trump en respuesta al anuncio de la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, de impedir que la prestigiosa universidad matricule y acoja estudiantes extranjeros.

Harvard demanda a Trump

La universidad ha demandado este mismo viernes a la Administración Trump por la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de impedir a la Universidad Harvard matricular a estudiantes extranjeros. A través de una carta, el presidente de la universidad, Alan Garber, ha condenado la decisión del Gobierno y lo ha tildado "de acción ilegal e injustificada". Según Garber, esta decisión "pone en peligro el futuro de miles de estudiantes y académicos de Harvard" y alerta que puede ser un "aviso para personas de universidades de todo el mundo que han venido a los Estados Unidos para continuar su educación y cumplir sus sueños". Por eso, ha anunciado esta mañana que "acabamos de presentar una denuncia".

La demanda se ha presentado después de que se hiciera público que la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP, por sus siglas en inglés) de Harvard había sido revocada. Esta decisión impide a la universidad inscribir a nuevos estudiantes internacionales. Delante de eso, Harvard también ha anunciado que solicitará una orden judicial temporal para detener inmediatamente la aplicación de la medida adoptada por el Gobierno.

Incertidumbre de los estudiantes internacionales

Pese a la orden del juez de detener la revocación de la certificación, miles de estudiantes internacionales y población académica siguen en una situación de incertidumbre. Los estudiantes internacionales representan más de una cuarta parte de la población estudiantil (27%), con 6.793 estudiantes internacionales matriculados en el año académico 2024-25, y una población académica de la Universidad formada por 9.970 personas. Esta medida no solo impedía matricular a nuevos estudiantes extranjeros en el futuro, sino que también afectaba a los que ya están matriculados de varias maneras, ya que no podían continuar sus estudios en esta universidad. Eso significaba que los estudiantes extranjeros con estatus no inmigrante F o J tenían que "transferirse a otra universidad para mantener su estatus no inmigrante", explicaba la carta de Kristi Noem.