La administración de Joe Biden ha evitado que se juzgue a Mohamed bin Salman por el asesinato de Jamal Khashoggi, periodista saudí y residente norteamericano. La prometida del difunto, Hatice Cengiz, había presentado una demanda civil contra el príncipe heredero saudí, a quien la CIA acusa de ordenar el asesinato. Pero el gobierno de los Estados Unidos ha determinado que Bin Salman tiene inmunidad diplomática en el caso, según ha adelantado este viernes The Washington Post — donde colaboraba Khashoggi. Esta decisión implica que el presunto responsable del crimen no podrá ser juzgado por un tribunal norteamericano, cosa que ha levantado polvareda.

El argumento que ha utilizado la administración Biden es el del derecho internacional porque se trata del "jefe de gobierno en funciones" de Arabia Saudí, según una carta del Departamento de Estado enviada al tribunal de distrito donde se había presentado el caso. Según el derecho internacional, los tribunales de un país tienen prohibido tomar medidas contra el jefe de Estado de otro "mientras esté en el cargo" y el rey Salman nombró a su hijo primer ministro durante el mes de septiembre. El texto también recuerda que la Constitución otorga al poder ejecutivo la potestad exclusiva para tomar decisiones relacionadas con la política exterior. Sin embargo, reitera su condena al asesinato de Khashoggi. La CIA asegura que está demostrado que Bin Salman "aprobó una operación en Estambul (Turquía) para capturar o matar" al periodista saudí.

Biden, cómplice del asesinato

Como decíamos, la decisión ha levantado polvareda. La mencionada Cengiz ha acusado a Biden de "salvar al asesino": "Biden ha salvado al asesino al concederle la inmunidad. Ha salvado al criminal y se ha involucrado él mismo en el crimen". "Jamal ha vuelto a morir hoy", ha insistido la ciudadana turca, en que estaba prometida con el periodista. Ha reconocido que era optimista y pensaba que habría "una luz de justicia desde los EE.UU.". "Sin embargo, de nuevo, el dinero es lo primero", ha criticado en un tuit. Cengiz ya criticó al presidente norteamericano en julio, cuando se reunió con Bin Salman en Arabia Saudí.

Khashoggi entró en el consulado saudí de Estambul el 2 de octubre del 2018 para obtener la documentación necesaria para casarse con Cengiz, pero ya no salió del edificio. Los investigadores aseguran que fue descuartizado, pero todavía no hay ningún rastro de los restos del cadáver. La justicia turca archivó el caso en abril de este año y trasladó el expediente a Arabia Saudí, cosa que cierra cualquier posibilidad de condenar a los culpables del crimen. Si bien el país árabe condenó a ocho acusados durante septiembre del 2020 (cinco de ellos a pena de muerte, conmutada por veinte años de prisión), la escasa transparencia del juicio ha suscitado numerosas críticas.