El ministro de Defensa, Israel Katz, ha ordenado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que señalen la Franja de Gaza con una marca visible para delimitar su espacio de operaciones. Según ha afirmado, la medida pretende “dejar claro dónde están las fuerzas israelíes” y ha advertido que cualquier persona que intente cruzar la línea “recibirá respuesta con fuego”. La denominada línea amarilla define la zona hasta donde el ejército israelí se replegó como parte de la primera fase de la retirada prevista en el acuerdo de tregua. El perímetro entre esta demarcación y la frontera con Israel continúa bajo control militar israelí y abarca aproximadamente el 53% del territorio de Gaza. En algunos puntos, esta franja controlada tiene entre un kilómetro y medio y seis kilómetros y medio de anchura, según un mapa difundido en su momento por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Diversas localidades palestinas como Rafah o Beit Hanoun han quedado dentro de esta zona militarizada, hecho que impide el retorno de miles de desplazados sin exponerse al riesgo de ser atacados. Katz ha justificado la señalización como una “respuesta a las acusaciones de violación de la tregua” formuladas contra Israel por parte de organismos internacionales y autoridades de Gaza, después de varios ataques israelíes que habrían causado la muerte de más de una veintena de personas en los últimos días. Tel Aviv niega que estos incidentes supongan una ruptura del acuerdo y sostiene que los disparos se han producido contra “sospechosos” que se acercaban a posiciones militares.

Un ataque contra un minibús familiar en Ciudad de Gaza

Uno de los episodios más graves se ha producido este viernes en el barrio de Zeitun, al sureste de Ciudad de Gaza, donde un minibús con once miembros de una misma familia —siete de ellos menores— ha sido atacado por el ejército israelí. Todos han muerto. Según la versión oficial israelí, el vehículo ha traspasado la “línea amarilla” a pesar de los disparos de advertencia previos. Fuentes de la Defensa Civil de Gaza han explicado que las víctimas eran desplazadas que intentaban volver a su antiguo hogar para comprobar su estado. Tel Aviv defiende estas acciones bajo el principio de “legítima defensa”, pero varias organizaciones humanitarias recuerdan que el alto el fuego continúa vigente en todo el territorio de la Franja, incluidas las zonas donde todavía hay tropas israelíes desplegadas.

Una retirada en tres fases

El acuerdo de tregua prevé tres etapas de retirada. La primera, actual, deja más de la mitad de Gaza bajo control militar israelí. La segunda fase, pendiente de ejecutar, reducirá este perímetro hasta el 40% del territorio cuando entre en funcionamiento una fuerza internacional de supervisión encargada de garantizar la seguridad y formar una nueva policía palestina. En la tercera fase, Israel mantendrá una “zona tampón” de unas dimensiones equivalentes al 15% de Gaza, adyacente a la frontera israelí y que incluirá puntos estratégicos como el paso de Rafah con Egipto. Mientras tanto, la delimitación visible de la línea amarilla simboliza, según observadores internacionales, una nueva fase de control territorial que mantiene en tensión a la población palestina, atrapada entre la tregua formal y una realidad militar aún activa.