Escena tragicómica en el Despacho Oval, en la línea que ya es habitual con el presidente Donald Trump al mando. Ahora, la víctima de las fechorías trumpistas ha sido el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan. En la cumbre entre ambos mandatarios en la Casa Blanca, Trump ha desempolvado uno de sus clásicos y la conversación con los periodistas derivó hacia el supuesto fraude electoral que el republicano ha mantenido —sin pruebas— que hubo en las elecciones de 2020 que perdió frente a Joe Biden. A lo que, acto seguido, añade con una media sonrisa: "Él sabe de elecciones amañadas mejor que nadie", señalando a Erdoğan, quien está sentado a su lado y que permanece impertérrito ante el sorpresivo comentario de su homólogo estadounidense.

Tras el comentario, que lanza como un puñal inesperado al dirigente turco, Trump busca una vía de escape para rebajar la tensión y añade: "Pero cuando estuve en el 'exilio' éramos todavía amigos, lo que es una buena manera de probar una amistad". Luego, el mandatario republicano ha alabado a su homólogo turco, de quien ha dicho que no le suele gustar la gente que como Erdoğan tiene "opiniones muy marcadas", pero con él hace una excepción. "Es un tipo duro", ha dicho Trump a los periodistas en el Despacho Oval.

El republicano no ha dado más detalles de a qué se refería con el comentario sobre las elecciones turcas, pero la oposición de Turquía y organizaciones internacionales han expresado su preocupación por el estado de la democracia en un país comandado por el conservador Erdoğan desde 2003. Las acusaciones de tendencias autoritarias son habituales y buena parte del país estalló en protestas masivas tras la detención del alcalde de Estambul y principal líder opositor, el socialdemócrata Ekrem İmamoğlu, acusado de falsificar su título universitario.

Erdoğan ha ido este jueves a la Casa Blanca para abordar cuestiones económicas y geopolíticas. Trump ha instado al mandatario turco a dejar de comprar petróleo ruso para presionar a Moscú para que ponga fin a la invasión sobre Ucrania. Asimismo, el mandatario estadounidense ha afirmado que las sanciones que la Casa Blanca puso a Turquía en 2020 por comprar material bélico —sistema de defensa antiaérea ruso S-400— a Moscú pueden ser levantadas "casi inmediatamente, si tenemos una buena reunión". Asimismo, Trump ha abierto la puerta a vender cazas F-35 a Ankara: "Él [Erdoğan] quiere y estamos hablando de eso muy seriamente".

Otra escena en la Casa Blanca tras en encontronazo con Zelenski

El de Erdoğan no ha sido el único numerito que ha montado Trump en el Despacho Oval con la visita de mandatarios internacionales. En febrero, quien salió escaldado fue su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. En un momento en el que Trump estaba más cerca que nunca de Vladímir Putin y maniobraba por una paz en Ucrania pactada con Moscú sin la voz ni el voto de Kiev. Entonces, Zelenski visitó a Trump y su vicepresidente, JD Vance, en la Casa Blanca y se vivieron momentos de tensión. "No está en posición de decirnos lo que nos puede pasar, es una falta de respeto a este país", lanzó Trump a Zelenski, ante los reproches del ucraniano por las declaraciones prorrusas del republicano y su demanda insistente de "garantías de paz" sobre el terreno. Además, Trump le dijo que estaba "jugando con la tercera guerra mundial" y zanjó: "O llegamos a un acuerdo o nos vamos". Asimismo, este mayo hubo un otro encontronazo con otro mandatario: el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, a quien Trump acusó de permitir un "genocidio blanco" en su país.